[[RELATED Muere una mujer corneada Muere un hombre en Toledo [[/RELATED Este verano cinco personas han fallecido en festejos taurinos. Casi siempre por imprudencias y medidas de seguridad insuficientes. El riesgo se banaliza por parte del público que participa en estas fiestas populares y por las autoridades que las organizan. Un hombre falleció el pasado lunes en Villaseca de la Sagra, en Toledo. Intentó escapar del toro a través del vallado vertical instalado en el recorrido del encierro, pero no lo logró. Pesaba 120 kilos y su corpulencia le impidió colarse entre los tubos del vallado. El toro le atravesó el corazón y un pulmón. Esta misma semana, un hombre de 70 años fallecía en la fiesta de los 'bous al carrer' en La Llosa, en Castellón. El anciano fue embestido por un toro. Pese a que andaba ayudado por un bastón, participaba habitualmente en los encierros. Las fiestas taurinas populares arrojan un saldo trágico este verano. A comienzos de julio, un joven de 19 años, murió durante un festejo en Fuentesaúco, en Zamora, al ser corneado por un astado en un encierro nocturno. Agosto arrancaba con otra muerte en Godella, en Valencia, en esta fiesta del toro embolado. Un hombre de 46 años falleció tras sufrir varias heridas en el cuello con el anclaje de las bolas de fuego del toro. El corredor parecía estar bajo los efectos del alcohol. Había sido expulsado en dos ocasiones del recinto del festejo, pero de nada sirvió. La normativa de seguridad en los festejos taurinos populares corre a cargo de las comunidades autónomas. El recorrido de los encierros y el vallado deben atenerse a unas normas. Un arquitecto debe supervisar que se cumplen. Pero a veces, las normas de seguridad son insuficientes o no se cumplen. En los últimos diez años, 40 personas han perdido la vida en festejos con toros.