CUEVA DE ALTAMIRA
Es una sala de apenas 270 metros, pero sus paredes son una auténtica joya rupestre en la que ha pintados dieciocho bisontes y un ciervo de dos metros y medio.
Ocho años después de ser cerrada, el ministerio de cultura y el patronato de la Cueva de Altamira se han puesto de acuerdo para reabrirlas al público.
Algunos científicos sin embargo, no están de acuerdo con su apertura. Dicen que hay grietas y que la presencia humana, el cambio de temperatura y hasta el aire que respiramos deteriora las pinturas.