EL FETICHISMO NO TIENE LÍMITES
La última subasta a un precio desorbitado ha sido de un esqueleto de dinosaurio por algo más de 2 millones de euros. Un fósil de más de cuatro metros se vende en una web mundial de subastas. Su precio dos millones y medio de euros y su propietario un cazador de fósiles. Ya intentó hace diez años vender otro esqueleto por casi seis millones, pero no lo consiguió.
Todo se puede subastar, alguien pagó casi 4.700 euros por un pañuelo usado pero la nariz era de Scarlett Johansson. Dos veces se limpió y después dejó su autógrafo.
Pero el fetichismo puede llegar muy lejos. Tanto que se pagó casi 21.500 euros por esta prótesis dental de Churchill, echa a medida para él. Es un misterio saber para qué la quería el comprador.
Otro coleccionista consiguió en una subasta la agenda telefónica de Adolf Hitler con 200 números apuntados, por un valor de 40.000 euros.
Hace 60 años, el peluquero de Elvis nunca imaginó que estos mechones podían ser tan caros. Muchos años después se subastaron por más de 100.000 euros.
No parece una obra de arte pero se ha vendido como si lo fuera. Su autor, Donald Trump. Así veía el presidente la ciudad de Manhattan.
Y para románticos, el violín que tocaron los músicos mientras el Titanic se iba al fondo del mar. Un millón y medio de euros. Aún se discute su autenticidad.