FERIA DE ABRIL
Corrida muy apta para hacer el toreo. Hay que empezar por ahí. Aunque no se entiende cómo el único que sacó provecho fue el nuevo matador de toros, muy dispuesto y centrado, en contraste con la actitud y capacidad de los dos veteranos, padrino y testigo, respectivamente de su alternativa.
Es cierto que el toricantano tuvo los dos toros más claros del envío, pero no por ello hay restarle méritos, pues suelen ser este tipo de astados los que pueden dejar en entredicho al torero si no da la talla.
Un dato para contrastar su excelente disposición: se fue dos veces, en el primero y el último, a la puerta de chiqueros, aguantando una barbaridad de tiempo antes de firmar las correspondientes largas cambiadas. Y en uno y otro, lances a la verónica de muy buena compostura, con quite de igual guisa en el que cerró plaza.
El toro de la alternativa tuvo clase, pero sin "transmisión". La emoción la puso el torero, muy asentado, encajada la figura y con gran sentido del temple. Exquisita estética y hasta profundidad por la derecha, y una tanda de naturales con mucha usía.
Faena de música, interrumpida por un ligero enganchón -menuda guasa tiene la Banda en La Maestranza, tocando al libre albedrío del director, que sabe perfectamente cuando beneficia o hace daño a una faena-, pero remontando enseguida, aunque ya sin el pasodoble de fondo. Todavía algunos remates muy pintureros. Y la estocada, de la que salió el toro rodado. Una oreja.
El último, toro suavón, tuvo un pitón derecho muy claro. Por ahí se empleó Fernández toreando muy despacio, con regusto y aroma, en un clima de auténtico frenesí. Otra vez la música, que ya no pararía hasta la estocada final. Pasó un poco de puntillas la prueba del toreo al natural, pero pasó. Y entre tandas, las "alegrías" de los cambios de mano, trincherazos y de pecho. Todo muy limpio y muy sentido. Esta vez se le fue un poco la mano al matar, pero la oreja fue más que merecida.
"Morante" hizo su tercer y último paseíllo en el ciclo. No se puede decir que haya tenido un toro claro de los seis que ha matado, pero con su primero de hoy quizás podía haber estado más allá de los simples apuntes. Toro blando, pero bueno. Hubo desorden en la lidia, y nada justifica el poco esmero de "Morante", que corrió para atrás con el capote y apenas sobresalió en un par de filigranas con la muleta. En el cuarto, el peor, anduvo embarullado e intermitente.
"El Cid", otro tanto, o peor aún, estuvo inseguro y acelerado en su primero, que regaló muy claras embestidas por el derecho. Y sin arriesgar un alamar frente al bravo quinto, toro que no fue tan fácil, pero precisamente por ello era de triunfo grande si se hubiera puesto con él en el sitio y de verdad.
Vuelve "El Cid" a las andadas de otras temporadas de dubitativos comienzos. Y el domingo le espera en Valencia el mano a mano Miura-Victorino. En sus manos está, o lo que es lo mismo, la ocasión la pintan calva para callar muchas bocas.
Al final de la corrida de hoy se hablaba de eso. Y por supuesto de las posibilidades de Esaú Fernández. Dos orejas en la alternativa, y en La Maestranza. Ahí hay torero.
FICHA DEL FESTEJO
Toros de "El Pilar", desiguales de presencia, predominó la mansedumbre en el caballo, y también la falta de fuerzas, aunque casi todos "se dejaron" mucho. Auténticamente bravo, el quinto, ovacionado en el arrastre. Primero, segundo, y sobre todo sexto, tuvieron calidad. El tercero también "sirvió", y sólo el cuarto presentó complicaciones.
La corrida, excepto los dos últimos, se lidió entre las rayas del tercio, lo que no deja de ser un hándicap. Aún así, nota alta para "El Pilar"
José Antonio "Morante de la Puebla": pinchazo y media que termina tragándose (silencio); y casi media y cuatro descabellos (silencio tras aviso).
Manuel Jesús "El Cid": estocada (ovación); y pinchazo y media tendida y baja (silencio).
Esaú Fernández, que tomó la alternativa: estocada (oreja); y estocada caída (oreja).
En cuadrillas, Manuel jesús Ruiz picó bien al quinto.
La plaza se llenó en tarde soleada.