Coronavirus
Para nuestro experimento necesitamos: un medidor de dióxido de carbono y un experto que interprete los datos. Contactamos con el presidente de la Federación de empresas de calidad ambiental en interiores, Paulino Pastor. La premisa es sencilla: "Los niveles recomendados de dióxido de carbono están entre 400 y 800 partículas por millón".
Nos acercamos a los Cines Embajadores en Madrid. Es la primera sesión de la tarde y hay una decena de personas en la sala. Activamos el medidor de CO2 que se estabiliza en 620 partículas por millón: ventilación adecuada. Hacemos la prueba en un interior mucho más pequeño, un coche, con las ventanilla cerradas. El medidor sube hasta las 1220 ppm: ventilación insuficiente.
"El CO2 que expulsamos solo se incrementa cuando hay actividad física. Si la gente está tranquila y callada como en el teatro, la emisión será más baja" nos explica Pastor. "Si hay un espectador positivo por covid en un cine, al no estar hablando, el riesgo de contagio es menor", indica.
Dice Fernando Simón que no hay riesgo específico en los cines y teatros y que si en Cataluña o en algunos lugares de Europa se han cerrado es porque la gente "una vez que va al teatro o al cine, se junta, habla, va a los bares…" No, señor Simón. Los espectadores somos, en nuestra mayoría, responsables. Vamos con tiempo a las salas, mantenemos la mascarilla durante el espectáculo, no comemos y bebemos lo justo y cuando acaba la peli o la obra nos retiramos a casa. De los 8.488 brotes de covid contabilizados en España solo uno se ha producido en actividades culturales. El sector es seguro porque además de todas las medidas que han tomado las salas y las compañías, la otra mitad, los espectadores también cumplimos con nuestra parte. Básicamente porque nos hace falta la cultura casi tanto como inspirar oxígeno y expulsar CO2.