Encuentran 14 pinturas rupestres al desprenderse dos bloques de piedra en una cueva en Cuenca

Conocer nuestras raíces, la forma de vida de nuestros antepasados, en definitiva adentrarnos un poco más en el océano inmenso de la historia es algo que nuestra civilización siempre ha perseguido y el reciente hallazgo en un refugio del Espacio Natural Protegido Hoces del Cabriel nos abre la puerta de la esperanza de poder fechar un poquito mejor el arte levantino. Se han descubierto 14 pinturas rupestres en dicha cueva de Minglanilla, Cuenca. Las pinturas están estampadas en dos bloques desprendidos de un muro, son los dos primeros bloques caídos con este tipo de pintura rupestre.

Entre las 14 figuras encontradas predominan las cabras y los ciervos. Hasta el momento no se han identificado figuras humanas aunque algunos ejemplares tienen flechas clavadas en el cuerpo. Según los expertos, estos dibujos muestran un notable grado de detalle, a pesar de que algunos no superan los cinco centímetros de longitud y que podrían corresponder a crías de ciervo.

Sondibujos de figuras animales que gracias a los materiales que han aparecido con ellas como huesos, objetos ... permite pensar que su estudio permitirá una datación relativa que hasta la fecha no ha sido posible. Quien sabe hasta dónde podremos acercarnos a los tiempos en los que dicha cueva estuvo habitada. El análisis de los restos de ocre rojo, óxido de hierro, que se ha recuperado de la excavación permitirá comparar su composición con la del pigmento rojizo utilizado en las pinturas y así comprobar si existe alguna coincidencia.

Los dos bloques, junto con el resto del archivo arqueológico podrán ser visitados a medio plazo en el Museo de Cuenca. El equipo que se encargará de la investigación estará integrado por estudiantes y coliderado por los arqueólogos Juan Francisco Ruiz López, de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), y Virginia Barciela González y Ximo Martorell Briz, de la Universidad de Alicante.

El arte levantino

Se trata de una producción gráfica prehistórica única en Europa donde el naturalismo, el dinamismo y la narración son las notas protagonistas y que dejan al espectador acercarse con fidelidad a las acciones que realizan las figuras representadas, aunque no siempre son un reflejo literal de sus formas de vida y pueden ser simbólicas. En las escenas que se dibujan predominan acciones como la caza, la guerra, rituales o el baile. Esta pintura rupestre suele estar trazada en rojo pero presenta dificultades de conservación al encontrarse a la intemperie durante milenios.

Juan Cabré fue en 1902 el primero en identificar las estilizadas figuras de ciervos que destacaban en el abrigo rocoso de Calapatá (Teruel) y que hasta la fecha pasaban desapercibidas, descubriendo así el arte rupestre levantino.