PIDEN RESPETO EN DIRECTO
Los teléfonos móviles que no se apagan antes de iniciar el espectáculo terminan por interrumpir conciertos de música clásica, obras de teatro, monólogos o películas en el cine.
Esto puede suponer un problema importante, sobre todo, en los espectáculos en directo. Ante la falta de obediencia a los avisos por megafonía para que se apaguen los móviles, cada vez son más los artistas que optan por pedirlo ellos mismos al público.
La nueva reina del Pop, Adele, paró un concierto suyo en Italia para pedirle a un fan que dejara de grabar. Le recriminó que debía disfrutarlo en directo. También otros grupos de música, como Extremoduro en una de sus giras, tuvo que rogar al público su atención.
Algunos con gracia, como el actor Miguel Rellán, se hizo pasar por el director de una orquesta y convenció al público contándoles su propia experiencia cuando sonó su móvil en pleno concierto.
Estos son algunos de los muchos casos que se dan, porque cada son más los artistas se quejan de que se les desconcentra con las llamadas o incluso con grabar el espectáculo. Esta mala costumbre está convirtiéndose, cada vez más, en algo habitual.