Coronavirus
Dragos Balan toca el violoncelo y Ruth Iniesta es soprano. Ambos forman parte del elenco encargado de llevar a buen puerto el reto asumido por el Teatro Real: ser el primer auditorio del mundo en devolver la ópera a los escenarios tras el coronavirus.
Lo hará de la mano de 'La Traviata' y el protocolo de seguridad es extremo tanto delante como detrás del telón.
"Todo el mundo va a estar separado. Todo el mundo. El coro va a estar separado dos metros. También la orquesta que va a estar separada en el foso", explica Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real. De hecho, varias filas serán retiradas para que los músicos guarden las distancias, separación que también tendrán que respetar los solistas.
"Aunque esté esa tensión de fondo, yo creo que lo que más pesa es la ilusión por hacer ya algo en el escenario, que vuelva la cosa a la vida", confiesa Iniesta.
Preparándose para el estreno
Mientras, la actividad es incesante en las entrañas del teatro. En la sastrería el quebradero de cabeza es arreglar los trajes de los cantantes extranjeros, ya que se encuentran en cuarentena y no pueden regresar a España todavía. Los encargados del vestuario tienen que tener todo preparado para que el mismo día que lleguen, hacen la presentación en la sala de ensayo y luego bajan y se prueban su atuendo.
Los protagonistas de la obra, mientras, se siguen preparando y quitando días del calendario para poder volver a sentir la adrenalina de actuar en directo.