EL FUNERAL, DESDE LAS 18:30 HORAS
Compañeros de profesión del torero vizcaíno Ivan Fandiño han trasladado sus condolencias y cercanía a la familia del maestro, al que han rendido su ultimo adiós en la intimidad de la capilla ardiente ubicada en Amurrio (Álava). Fandiño, de 36 años, murió en la ciudad francesa de Aire Sur L'Adour tras recibir una gravísima cornada inferida por un toro de Baltasar Ibán de nombre "Provechito", que lo corneó en el costado derecho después de perder pie cuando instrumentaba un quite por chicuelinas.
El cuerpo del torero llegó este domingo pasadas las 20:00 horas al tanatorio de Amurrio, situado a escasos 10 kilómetros de Orduña, localidad de origen de Fandiño que desde las 18:30 de esta tarde acoge su funeral en la céntrica iglesia de Santa María. Desde ayer y a lo largo de toda la mañana de hoy amigos, vecinos, aficionados al toro y compañeros de profesión han querido arropar a los padres, a la hermana y a la esposa del diestro.
Sobre las 9:20 horas su entorno más cercano ha llegado al tanatorio alavés y desde entonces ha sido constante el goteo de toreros que han pasado por la capilla ardiente. El momento álgido ha tenido lugar a las doce y cuarto del mediodía, cuando el féretro con el cuerpo de Fandiño ha salido del tanatorio entre llantos y aplausos para ser incinerado.
Antes, los maestros Enrique Ponce, El Fandi, Curro Díaz, Pepín Liria, Luis Miguel Encabo, Javier Conde, Paco Ureña y Juan Antonio Ruiz Espartaco habían llegado con semblante serio para trasladar sus respetos a un torero del que han destacado su "seriedad" y cuya muerte en la "flor de la vida" han lamentado. "Una gran pérdida para el mundo del toro", "nunca lo olvidaremos", "estará en nuestros corazones" son algunas de las frases que se han podido escuchar a las puertas de este tanatorio.
"Esté donde esté que lo saquen por la puerta grande porque ha sido un hombre grande", ha dicho un emocionado Espartaco, ante los periodistas. Enrique Ponce ha destacado "el sentido de la pureza" que Fandiño tenía "en todas sus formas, desde con el capote hasta con la espada", y ha puesto en valor las "muchísimas cosas" que ha aportado la mundo de la tauromaquia: "Se ha ido uno de los grandes de los últimos diez años". Fandiño, ha añadido, "salía siempre a la plaza a darlo todo" y "ha dado la vida por lo que más quería, el mundo del toro", ha dicho Ponce, que no encuentra "consuelo" ante "una tragedia de esta magnitud".
A la par que llegaban los toreros al velatorio lo han hecho las numerosas coronas, ramos y centros de flores que desde los más diversos puntos de España han puesto color y olor a un día triste, de semblantes serios, lágrimas y abrazos. Las flores enviadas por la Taurina de Cádiz, el Ayuntamiento de Guadalajara (ciudad con la que Fandiño estaba muy vinculado), el Club Taurino de Bilbao, la Escuela Taurina de Valencia, la Asociación Nacional de Mozos de Espada, la familia Chopera y un largo listado de instituciones y organismos se agolpaban a la entrada del velatorio.
Estos recuerdos florales se colocan esta tarde en la puerta grande de la plaza de toros de Orduña en homenaje al coso que le vio nacer y crecer como torero. Iván Fandiño, padre de una niña que aún no ha cumplido dos años, era muy querido por los aficionados a los toros de la comarca y contaba también con el cariño de sus vecinos de Orduña.