El cochinillo de Segovia, nueva Indicación Geográfica Protegida en la UE

El cochinillo es el máximo exponente de la gastronomía de Segovia. Apetecible por su carne tierna y sabor inconfundible tiene su origen en el Imperio Romano donde se servía asado sobre leña como plato reservado para los banquetes de las familias pudientes. Con el paso de los siglos, su consumo se popularizó y se ha convertido en un alimento de referencia, un sello de calidad de la gastronomía de Castilla y León, donde está catalogado por la Junta como Marca de Garantía desde 2002.

Los animales son criados en granjas específicas dedicadas íntegramente a la producción del cochinillo protegido. Son alimentados exclusivamente con leche materna, no superan las tres semanas de vida y su peso oscila entre los 4,5 kg y los 6,5 kg.

Se sirve asado y no se trincha con cuchillo. Se parte con el canto de un plato que después se rompe dejándolo caer al suelo. Una costumbre extendida en los asadores de la ciudad y que le debe su origen al famoso mesonero Cándido.

Calidad, tradición y reputación

Su inclusión como nueva Indicación Geográfica Protegida por la Unión Europea supone "un hito en la protección y reconocimiento de la calidad del 'Cochinillo de Segovia'", según señala el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación que destaca que "este logro no solo impulsa su reputación, sino que también fortalece la economía local y preserva las tradiciones culinarias de la región".

La zona geográfica de producción incluye toda la provincia de Segovia y la comarca de La Moraña en Ávila, donde se lleva a cabo el nacimiento, cría, sacrificio y despiece de los animales, con lo que se garantiza la frescura y calidad del producto.

España, a finales del pasado año 2023, contaba con 372 entre IGP y Denominación de Origen Protegida (DOP), lo que le situó como el tercer miembro comunitario con más indicaciones, después de Italia.

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