Ralph Lauren y Francisco Costa para Calvin Klein cerraron la pasarela neoyorquina con sus muy diferentes propuestas para el próximo verano: con delicadas reminiscencias del mundo del "western" el primero y de estructurada elegancia y sofisticación el segundo.
Lauren presentó casi sesenta propuestas en las que los neutros en tonos tierra, y en toda una variedad de blancos, crudos, tabaco o diferentes marrones, estaban inspiradas en el Oeste estadounidense del siglo XIX.
Pantalones jeans ligeramente acampanados o pitillo, en algodón o en piel marrón, shorts, faldas, en ocasiones con pedrería o con ligeras mezclas metalizadas, así como vaporosos y ultrafemeninos vestidos para la noche completaron esta colección.
El brasileño Francisco Costa, director creativo de Calvin Klein, presentó por su parte una estructurada y casi arquitectural propuesta, de líneas rectas y muy sofisticada.
Precisó que quiso "dar un toque más sexy a la longitud de las prendas", así que introdujo "una serie de elementos muy básicos al armario de la mujer. Por ejemplo, los pantalones que son más urbanos, más rápidos".
Como "repetición del mismo pensamiento expresado de diferentes maneras" y bajo el título de "Tautología", mostró el español David Delfín su manera de vestir a hombres y mujeres para la próxima primavera-verano.
Prendas minimalistas y muy estructuradas, en azul añil, blanco y negro, dominaron unas propuestas de aires surrealistas y que abrió y cerró con su modelo fetiche, Bimba Bosé.
También la cantante Gwen Stefani, y ahora también diseñadora, ha clausurado la Semana de la Moda de Nueva York con una propuesta inspirada en la mujer africana contemporánea.
Motivos tribales adornan tops y camisetas sin mangas. Los pantalones sueltos predominan en su colección. La novel diseñadora se atreve también con estampados atigrados y complementos inspirados en la Sabana africana.