Entrevista
Desgranamos con la directora Carla Simón las claves de 'Alcarràs', su segunda película, que llega a los cines este viernes 29 de abril tras ganar el Oso de Oro en el Festival de Berlín.
Carla Simón es una mujer de formas delicadas. Cuando la entrevistamos, apenas se le nota su avanzado embarazo. Se expresa y mira con naturalidad y cercanía. Pero esta menuda barcelonesa de 35 años se ha convertido en todo un torbellino en la industria cinematográfica española y europea. La 'culpa' (bendita culpa) la tiene 'Alcarràs', su segunda película, con la que ganó el pasado 15 de febrero el Oso de Oro del Festival de Berlín. Es por derecho unas de las películas españolas del año (¡de la década! afirman algunos), habrá que ver qué consigue en los Goya y también hay mucha expectación por saber cómo se comporta en taquilla ahora que se estrena en cines este viernes 29 de abril.
'Alcarràs' narra la historia de los Solè, una familia de payeses que cultiva melocotones en unas tierras que les van a ser arrebatadas para poner paneles solares. La película rezuma verdad y naturalidad por los cuatro costados, empezando por sus protagonistas, actores no profesionales que Carla Simón reclutó en fiestas de la zona y con los que convivió y preparó durante meses. La directora catalana nos ha contado a Antena 3 Noticias las principales claves de su nuevo trabajo.
Familia
“Yo vengo de una familia muy grande, donde hay mucha gente siempre. La coralidad de 'Alcarràs' nace de ese deseo mío de expresar lo que significa esa vida en familia, de cómo las emociones de unos afectan a otros, sobre todo en una crisis familiar. Un personaje que está de mala leche por alguna razón le puede pegar a su hijo, que luego a su vez le pega al abuelo. Hay algo en la familia que hace que se mueva a veces como un único cuerpo emocional”.
El modelo de agricultura familiar está en vías de extinción
Agricultores
“El punto de partida de la película es que mi familia cultiva melocotones en Alcarràs. Aún lo hace y al hablar ahí con la gente te das cuenta de que cultivar en familia es el oficio más viejo de la humanidad. Lo hacemos desde el Neolítico. Pero ahora ese modelo está en vías de extinción porque no es sostenible, surgen otras formas de cultivar la tierra, para hacer más producción. Las familias y sus empresas pequeñas son las más respetuosas con la tierra, la cuidan mucho, porque quieren dejar la tierra a sus hijos, y a sus nietos. Y ahora tienen cada vez menos espacio en un mercado que es muy competitivo, que no tiene precios fijados. Este problema les pasa a la familia protagonista de mi película, van a tener que dejar la tierra, pero les pasa a muchas otras familias ahora mismo”.
Crisis del campo
“El campo está en crisis desde hace bastante tiempo. Y el modelo de cultivo y explotación familiar, también. Es curioso porque tiene mucha relación con la guerra de Ucrania que está teniendo lugar ahora mismo. Todos los agricultoresrecuerdan, por ejemplo, que en 2014 hubo un veto ruso por la guerra de Crimea, por la producción de fruta, y no dejaban entrar fruta. Y eso les repercute. Los agricultores hoy en día hablan de economía mucho mejor que la mayoría de nosotros porque les repercute directamente”.
Película con actores no profesionales
“Fue un casting muy largo. Vimos a cerca de 9.000 personas. Por suerte fue antes de la pandemia, porque fuimos a fiestas mayores, y mirábamos a las personas y nos decíamos: éste podría ser, éste tal vez, éste encajaría (afirma mientras hace con la mano el gesto de apuntar). Buscábamos a gente que se pareciera bastante a los personajes que habíamos escrito. Pero también hay un carácter, una personalidad y una manera de hacer que todos tienen en común. Una vez tuvimos al reparto seleccionado, pasamos mucho tiempo juntos. Alquilé una casa en Lleida y ellos venían todas las tardes, sobre todo en relaciones que tenían sentido: un día la nieta y el abuelo, otro día el padre y el hijo, otro día los hermanos, o la pareja. De ahí íbamos creando las relaciones, improvisábamos momentos que tuvieran sentido. Poco a poco lo fueron viviendo y se lo iban creyendo. A los tres meses ya nos sentamos a leer el guión. Lo leímos una vez y después ensayamos ya las escenas de la película. Fue una película que nos exigió mucha preparación para forjar, para llegar con una familia de verdad. Y lo siguen siendo. Se llaman "Abuelo", "Papa", "Mama", y los nombres de sus personajes.
"'Alcarràs' nos exigió mucha preparación para forjar una familia de verdad"
Oso de Oro de Berlín
“Aún estoy asimilando ese reconocimiento, ese momento, porque ha sido una experiencia muy fuerte. La edición de este año del festival de Berlín fue muy corta por el Covid. Presentamos la película y por la noche ya nos estaban llamando para que nos quedáramos, sin saber nosotros muy bien por qué. Al día siguiente fue la gala, muy emocionante porque no sabíamos que habíamos ganado e íbamos viendo cómo iban repartiendo todos los 'ositos'. Hasta que solo quedaba ya uno, el Oso de Oro de mejor película. Resultó increíble porque cuando terminas una película nunca sabes cómo va a responder la gente y, como director, estás en un momento muy frágil. Darnos cuenta de que algo tan local había llegado al corazón de ese jurado, de la gente de allí, fue muy emocionante".
Presente y futuro
“Siento que me he quitado la presión de mi anterior película, la primera, 'Verano 1993'. Para mi eso era muy importante. Hay pocos escalones más arriba de un premio como el Oso de Oro de Berlín. Así que seguiré haciendo películas, y si gustan bien y si no gustan tanto, no pasa nada. Lo que sí tengo la tranquilidad es que ya tengo un pasaporte para poder hacer otra película”.