K-Pop
El pop coreano K-Pop es sin duda un negocio al alza que sólo el año pasado generó 8.200 millones de dólares. Fans de todo el mundo viajan a Corea del Sur para acudir a los conciertos o para conocer los escenarios de los videoclips. Muchos de los seguidores de estos grupos quieren entender sus letras, y por eso se han abierto academias de coreano en 50 países.
La boyband BTS arrasa en occidente, llegando abarrotar el Rose Bowl de Pasadena, Estados Unidos. También triunfa la banda femenina de K-Pop Blackpink, que ocasionó grandes colas en su concierto en el Palau Sant Jordi de Barcelona.
Sin embargo, esta música coreana también tiene un lado oscuro: en dos años cuatro estrellas del K-Pop se han suicidado. En algunos casos, las 12 horas diarias de formación, operaciones de cirugía estética, dietas imposibles o el ciberacoso de sus fans han acabado en tragedia. Critican sin piedad su aspecto o su vida sentimental. Algunas de las estrellas incluso han tenido que pedir perdón en público. La presión que sufren los jóvenes artistas ha abierto un gran debate en el país, especialmente tras el reciente suicidio de la estrella coreana Goo Hara, causado por el ciberacoso que sufría la artista.