MANUSCRITOS Y PINTURAS
Eran amigos inseparables hasta que se convirtieron en enemigos irreconciliables. Dalí y Lorca. Lorca y Dalí. Una relación íntima y controvertida entre dos genios de la cultura de nuestro país.
El pintor y el poeta se conocieron en 1922 en la Residencia de Estudiantes de Madrid. Un lugar que se convertiría en testigo de los diálogos artísticos y de las experiencias intelectuales de los máximos exponentes de las vanguardias.
Como se puede leer en una de las cartas de Salvador, “Mi querido Federico, no sabes cuánto he lamentado tu información. me alegro muchísimo, no obstante, de que como me dices en tu carta, estés ya en franca mejoría”. La amistad entre ellos era clara.
La unión de ambos fomentó la producción de obras de magnífico valor, lo que hace aún más enigmática la pérdida de contacto entre los dos.
¿Por qué se separaron? Nadie lo sabe. En 1929 Lorca viaja a Nueva York y Dalí se sumerge de lleno en el surrealismo. Una amistad con fecha de caducidad, pero que dejaría una importante huella cultural en las décadas venideras.