SU ÚNICO CONCIERTO EN ESPAÑA DE ESTA GIRA

Beyoncé derrocha sensualidad ante 18.000 personas en Barcelona

Una banda musical de ocho mujeres muy solventes, tres coristas espléndidas, una decena de bailarines perfectamente sincronizados y un efectivo juego de proyecciones, pantallas y luces han acompañado a la reina de la música de baile con resonancias negras. Pero, sin duda, lo más deslumbrante de la puesta en escena de Beyoncé fue la propia Beyoncé.

Fuegos artificiales, coreografías gimnásticas, ocho cambios de vestuario, una voz poderosa y, sobre todo, mucha sensualidad han sido los elementos con los que Beyoncé ha deslumbrado a los 18.000 entregados espectadores que han llenado el Palau Sant Jordi de Barcelona.

La expectación era máxima en el único concierto en España de la fase europea de 'The Mrs. Carter Show World Tour 2014', con las entradas agotadas 24 horas después de ponerse a la venta, a pesar de que los precios no bajaban de 70 euros. Miles de personas venidas de diferentes puntos de España han hecho cola durante horas para pasar los controles de seguridad de entrada al recinto, dispuestas a soportar ese pequeño sacrificio a cambio de ver en vivo a la diva más sexy del momento, un trono muy disputado.

Con un retraso perdonable, el escenario se ha abierto como las aguas del Mar Rojo y Beyoncé ha emergido como una diosa, dispuesta a hacer olvidar a los presentes la vulgaridad de lo cotidiano. Objetivo que ha cumplido con creces. La norteamericana ha ofrecido dos horas de música, baile y espectáculo, en las que ha alternado temas de su último álbum con algunos 'hits' como 'Blow' y 'Naughty Girl'.

Una banda musical de ocho mujeres muy solventes, tres coristas espléndidas, una decena de bailarines perfectamente sincronizados y un efectivo juego de proyecciones, pantallas y luces han acompañado a la reina de la música de baile con resonancias negras. Pero, sin duda, lo más deslumbrante de la puesta en escena de Beyoncé es la propia Beyoncé.

Con su melena al viento, la afroamericana se ha contorsionado en todas las posturas posibles: sobre una silla, alrededor de una barra, sobre un reclinatorio más adecuado para los movimientos horizontales y al unísono con sus bailarines. Sensualidad que la cantante ha defendido como una manera de feminismo, ya que, como ha aclarado al principio del concierto en un vídeo, "las mujeres también son seres sexuales, no sólo los hombres".

En este alegato feminista, Beyoncé ha defendido la igualdad entre hombres y mujeres que, en su opinión, incluye el derecho de la mujer a ser tan ambiciosa y tan sexual como el hombre.

La sexualidad siempre presente no ha hecho perder la elegancia a la intérprete, que se ha mantenido fiel a un guión lleno de curvas, con el que ha llegado a Barcelona tras recorrer medio mundo. Un guión que ha modificado un poco para el público español cuando ha cantado en español "Irreplaceable", cuando se ha oído el Padre Nuestro en español, y al final del concierto, cuando ha cogido una bandera española que le ofrecían desde el público.

El poderío de su voz y su amplio registro se ha podido comprobar en varias ocasiones, en especial, cuando ha llegado el turno de 'Why don't you love me', que el público ha ovacionado con pasión. Beyoncé ha bailado y ha cantado mucho, pero ha hablado poco, aunque las pocas veces que lo ha hecho el público ha bebido sus palabras y ha saltado de alegría.

Especialmente alegres han estado los privilegiados espectadores de la zona VIP, a los que la diva ha dado la mano y que han podido verla a dos palmos, así como el chico al que ha dedicado 'Happy Birthday', algo que hace en cada concierto, aunque el homenajeado siempre lo vive como un momento único. Una traca final con temas como 'Halo' o 'XO' ha hecho llegar al éxtasis a los seguidores, que no han tenido la opción de pedir bises. No estaba previsto en el guión, que la artista ha ejecutado a la perfección.

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