JOSÉ TOMÁS Y EL JULI, A HOMBROS EN BADAJOZ

Apoteosis de José Tomás y réplica de El Juli

Sin competencia ni comparación el de Galapagar, cortó tres orejas con el peor lote. El Juli, inmenso en tarde de "aquí estoy yo", sumó cuatro apéndices. Padilla, bien. Un gran toro, el tercero, de Domingo Hernández.

Después de cinco años, se reencontraban en un patio de cuadrillas José Tomás y El Juli, y eso se notó desde el primer momento. Dos auténticos gallos, que se dieron lo mejor de si mismos. Juan José Padilla, puso en juego también todos sus recursos, pero se notó la diferencia de talento.

En medio de un respetuoso silencio, comenzó José Tomás su primera faena de muleta en diez meses -al menos en público, porque en el campo ha matado muchísimo este invierno- por estatuarios. Quieta la figura, la muleta por delante, planchadita. De ‘alante patrás’, de arriba a abajo. Silencio siempre ante el toreo más puro del de Galapagar.

No se podía dar más -calidad- con menos toro. Templados los derechazos, largos, profundos, ceñidísimos, los naturales. José Tomás en esencia.

Final de faena al ritmo eterno del toreo, eterno también. Sin artificio, ni ventajas ni cuentos. Y sin toro. Tras la estocada, posterior las manoletinas marca de la casa -quien lo ha visto torear ya sabe-, y primera oreja para José Tomás.

Primera réplica de El Juli, con un noblísimo y colaborador ejemplar de Garcigrande, con el hierro de Domingo Hernández. Espectaculares y ajustadísimas chicuelinas de mano baja. En la muleta, sacó aún más de ese toro Julián.

Ritmo, temple, sitio. Toreo con mayúsculas y mensaje claro que no venía a Badajoz de balde. Dos orejas para El Juli tras un faenón y una estocada en todo lo alto, un puntito trasera.

En el quinto, arranque de José Tomás por gaoneras al muslo, marcando los tiempos de libro. En la muleta, sitio, ritmo y temple para alargar muletazos inventados. Aún más al natural. Dos series de muletazos con la izquierda, larquísimas, eternas. Extraordinario espectáculo, y sin toro.

Ciencia, paciencia, y valor extra de José Tomás. Dos orejas para el fenómeno en ese quinto Garcigrande, por una obra diseñada, cimentada, construida y rematada sin 'material'.

Mucha importancia en la correspondiente réplica de El Juli. Hondo y profundo primero, valiente y coqueteando con la tragedia después. Siempre poderoso, siempre por encima de las circunstancias. Estoconazo del madrileño, que cortó con fuerza otras dos orejas. Enorme Julián en "aquí estoy yo".

Padilla se estiró de salida en el capote ayudado por la franca embestida del de Garcigrande. El gaditano no consiguió acoplarse con ese noble, aunque flojo primero. Tampoco quiso verlo al natural. Regular con la espada espada. Silencio.

El ciclón de Jerez se vino arriba en el cuarto, al que sí banderilleó. Notable faena del 'ciclon' de Jerez, cuasi redonda a un gran toro. En su debe, un punto más de hondura, en su haber, entrega y verdad. Oreja de Padilla en el cuarto.

Toros de Garcigrande -segundo y tercero con el hierro de Domingo Hernández, bien presentados y nobles aunque si dar facilidades. Sólo el tercero tuvo verdadera importancia. Al resto les faltó entrega.

Juan José Padilla: pinchazo, estocada corta y descabello (silencio); y pinchazo y estocada tendida (oreja tras aviso).

José Tomás: estocada caída (oreja tras aviso); y estocada desprendida (dos orejas).

Julián López 'El Juli': estocada trasera (dos orejas); y estocada (dos orejas). Lleno de "no hay billetes" en tarde de calor asfixiante.

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