LA CREMÁ, TODO UN ESPECTÁCULO
Llegan las doce de la noche en Alicante y comienza la cremá. A los pocos segundos el fuego envuelve por completo la hoguera y las llamas superan los 30 metros de altura. La temperatura aumenta rápidamente y los bomberos crean una cortina de agua para que las brasas no quemen a las miles de personas que presencian el impresionante espectáculo.
Los ninots sucumben a las llamas, y el calor en la plaza del ayuntamiento es insoportable. En 25 minutos el monumento ha quedado convertido en cenizas. Entonces da comienzo la tradicional bañá. Los bomberos mojan a la gente para refrescarles. "Hoy hemos quemado, o al menos lo hemos intentado, todo lo malo, y a partir de mañana esperamos que empiece a renacer lo bueno", explicaba la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo.