El estrés al volante se acumula en 20 minutos y se desata en segundos.
Ángel Ortega de 76 años se vió envuelto en una discusión de tráfico que acabó en un homicidio. Mató en Madrid a una mujer de 55 años que viajaba con su marido. La trifulca comenzó porque el anciano no reaccionó con rapidez en un semáforo. Se dío a la fuga pero el joven que estaba parado en el carril contrario vió todo, lo persiguió gracias a él la policía pudo detenerlo en menos de 20 minutos.
En plena M-30 unos jóvenes apalean a los ocupantes de un vehículo. La policía concluyó que no se trataba de un intento de robo, ni de una venganza, sino que que el conductor herido acababa de recriminarles una maniobra y por eso recibió una brutal paliza. Las reacciones inesperadas al volante son en ocasiones peligrosas, afortunadamente no todo el mundo responde con una agresión, pero el estrés puede ser el detonante.