Evento Miyake
Se trata del evento solar más poderoso por encima del evento Carrington que puede provocar sobrecargas eléctricas.
En 1859 se registró la primera erupción solar confirmada, una intensa explosión de radiación emitida por el Sol. Los cielos del norte y del sur se iluminaron con auroras brillantes que indicaban que se estaba produciendo una tormenta solar masiva. Esta tormenta fue denominada como evento de Carrington y uno de los más fuertes de la historia. Sin embargo, ahora un artículo en 'Nature' revela que la Tierra fue golpeada por tormentas más extremas e intensas. Una de ellas ocurrió en el año 774.
Este tipo de eventos se registra en los anillos de los árboles. Durante el proceso de fotosíntesis, los árboles registran cambios en su entorno en los anillos de crecimiento que se forman cada año. Estos anillos actúan como cápsulas del tiempo almacenando información.
El radiocarbono se ha utilizado para datar objetos que alguna vez estuvieron vivos, como la madera. Cuando las plantas mueren, el radiocarbono de su interior se desintegra y, al medir cuánto queda en un objeto, los científicos pueden estimar cuánto tiempo hace que murió el organismo. Ahora, los científicos han descubierto que las tormentas solares extremas pueden afectar la cantidad de radiocarbono absorbido por organismos vivos como los árboles.
El radiocarbono de una tormenta solar extrema puede proporcionar un punto de referencia para conocer el año exacto al intentar conseguirlo mediante los anillos de los árboles. Al revisarlo también se puede conocer con qué frecuencia ocurren estos eventos.
En el año 2012, Fusa Miyake detectó un aumento de radiocarbono en los anillos de los árboles asociado con la tormenta extrema AD774. Desde entonces se han confirmado otros eventos extremos en 993, 660 a.C. y 7176 a.C.. La tormenta solar más extrema que se ha detectad o desde entonces tuvo lugar hace 14.730 años, hacia el final de la última edad de hielo.
Este evento es conocido como evento Miyake, bautizado así en honor a la propia científica. Durante los picos de actividad, el Sol puede alcanzar enormes llamaradas de plasma conocidas como eyecciones de masa coronal.
Las tormentas solares son grandes amenazas, pues pueden terminar con toda la flota de satélites, así como tumbar las redes eléctricas. En los próximos años, el registro de radiocarbono bien podría revelar tormentas solares más extremas.
Por el momento no se puede pronosticar cuándo sucederán estas tormentas solares. En el peor de los casos, el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) podría colapsar y los satélites podrían ser sacados de sus órbitas. El evento Carrington de 1859 desencadenó intensas auroras en ambos hemisferios y causó sobrecargas eléctricas.
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