#JuntosXElClima
El aumento de refugiados climáticos, la drástica disminución de las cosechas o el incremento del riesgo de contraer enfermedades como la malaria son algunos de los efectos de la crisis climática que afrontarán las delegaciones que participen, a partir del próximo lunes, en la vigesimoquinta Cumbre del Clima.
Madrid acogerá del 2 al 13 de diciembre la Conferencia de las Partes (COP25) de la Convención Marco de Naciones Unidas (CMNUCC), una cita que reunirá a representantes de 195 países y en la que la se hablará de nuevas estrategias para la lucha contra la crisis climática.
El Clima es el conjunto de condiciones meteorológicas que caracterizan una región durante un largo período de tiempo, y el cambio climático es la variación global del clima de la Tierra. Cada una de las tres últimas décadas ha sido más caliente que las anteriores con una subida "probable" de la temperatura de 0,85 grados de 1880 a 2012, según datos del quinto informe del IPCC presentado en Copenhague (Dinamarca) en noviembre de 2014.
Según la declaración de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicada en 2019, el año 2018 registró la cuarta temperatura media mundial más elevada desde que existen datos, situación que apunta a que la tendencia al calentamiento del planeta continúa sin detenerse.
Se entiende por emisión la cantidad de gas que va a la atmósfera y por concentración la cantidad de gas que permanece en ella, después de las interacciones entre atmósfera, biosfera, criosfera y los océanos.
Agua
El cambio climático puede afectar al acceso al agua potable. Más de mil millones de personas carecen de agua y se espera que su número se duplique para el año 2025 debido al aumento de sequías. La mayoría de esas personas viven en África, Asia Central y Oriente Medio.
Por cada grado que se eleve la temperatura, disminuirá, al menos, un 20 % la cantidad de agua y el ciclo del agua -lluvias, evaporación, sequías- variará, no será uniforme en el conjunto del planeta, según el quinto y hasta ahora último informe del IPCC de noviembre de 2014.
Productividad agraria
Los expertos apuntan que el nivel global de producción agraria se mantendrá dentro de las expectativas en los próximos cien años, pero a escala regional el impacto del aumento de las temperaturas en este sector será más fuerte. África y América Latina serán los continentes más afectados.
La drástica disminución de las cosechas impedirá a los agricultores producir o comprar alimentos suficientes para su manutención y las sequías y las inundaciones podrían convertir a millones de personas en refugiados.
El AR5, el quinto informe de Evaluación del IPCC, advierte de que si la temperatura sube un grado o más, disminuirá la producción de trigo, maíz y arroz en las zonas templadas y tropicales en torno a un 2% por década.
El informe Especial del IPCC de octubre de 2018 subraya la importancia de limitar la subida de la temperatura a 1,5 grados, como establece el Acuerdo de París, "una tarea urgente", dice el estudio que requiere "cambios sin precedentes" a nivel social y global.
Ecosistemas
El cambio climático alterará la estructura y funcionamiento de los ecosistemas. La deforestación, alteración de las rutas migratorias, cambios en los patrones reproductivos, son algunos de los efectos. Se teme que los bosques dejen de funcionar como sumideros de carbono y se transformen en fuente de emisión de gases; los arrecifes de coral mueran por el aumento de la temperatura y los glaciares, ecosistemas polares y alpinos corran peligro de desaparición. Si la temperatura media sube un grado, algunos hábitats "únicos" corren peligro, pero de subir dos grados, los ecosistemas más perjudicados serán los arrecifes de corales y el Ártico, según el informe del IPCC.
Salud
El cambio climático puede derivar en un aumento del riesgo de contraer enfermedades como la malaria, el dengue, fiebre amarilla o encefalitis. Se incrementará el riesgo de contraer salmonelosis, cólera y otras enfermedades de transmisión por el alimento o el agua.
Las olas de calor provocarán la muerte de miles de personas al año y el descenso de la productividad agraria agravará la desnutrición.
Nivel del mar
El nivel medio del mar es uno de los mejores indicadores del cambio climático. Aunque según el informe de la OMM el nivel del mar se ha mantenido relativamente estable en 2017, entre 1901 y 2010 subió 19 centímetros debido al calentamiento global.
El informe del IPCC augura un incremento de entre 26 y 82 centímetros del nivel del mar en 2100. La horquilla es mayor que la apuntada en el anterior informe de evaluación, que iba de 18 a 59 centímetros. El aumento del nivel del mar afectará sobre todo a las islas, costas y asentamientos humanos -desplazamientos por inundación-, el turismo, suministro de agua, pesca, infraestructura, tierras agrícolas y humedales. Se reducirá la calidad y cantidad de fuentes de agua potable al aumentar las aguas salinas del mar.
Los más afectados
La capacidad para afrontar los cambios climáticos está relacionada con el nivel de desarrollo. Las naciones en desarrollo son más vulnerables a los cambios del clima a las que afectará, según los pronósticos, "de forma desproporcionada", donde se intensificarán los ciclones tropicales, lluvias torrenciales, etc.
No obstante, aunque Europa y América del Norte serán las regiones mejor preparadas para soportar los envites del cambio climático, también notarán los efectos adversos del mismo, sobre todo Europa del sur y en especial la Península Ibérica, una de las áreas más vulnerables y de mayor riesgo.
Informes
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha publicado, desde que se constituyó en 1988, cinco informes de Evaluación. En 2014 se publicó en Copenhague el quinto informe (AR5) del IPCC, referente para las negociaciones de la Convención Marco de NNUU sobre cambio climático de 2015, de la que salió el Acuerdo de París.
1990, que condujo a la creación de la Convención Marco de la ONU contra el Cambio Climático.
1995, que proporcionó la información clave para las negociaciones que derivaron en el Protocolo de Kioto.
2001, manifestó evidencias científicas del cambio climático y sirvió para orientar políticas nacionales y locales para combatirlo.
2007, del que se extrajo lo fundamental para aportar en Copenhague (Dinamarca), en diciembre de 2009. No obstante, aunque el reto de la COP15 era conseguir un tratado post-Kioto, sólo se alcanzó un acuerdo de mínimos no vinculante y sin objetivos de reducción de gases.
2014, constató que el cambio climático es inequívoco y mayor la certidumbre sobre la influencia humana y advirtió de que solo con recortes de emisiones estrictos se pueden evitar daños irreversibles y limitar su impacto de forma razonable. Del AR5 del IPCC se publicaron tres partes: Estocolmo (septiembre de 2013), sobre bases científicas del cambio climático.
Yokohama (marzo de 2014), sobre efectos, adaptación y vulnerabilidad; y Berlín (abril de 2014), que por primera vez abordó la financiación del cambio climático y reflejó que la inversión se sitúa muy por debajo de lo deseable.
El IPCC ha publicado también dos informes especiales, uno publicado en la ciudad surcoreana de Incheon en octubre de 2018 -que subraya la importancia y la tarea urgente de limitar la subida de la temperatura a 1,5 grados, como recomienda el Acuerdo de París- y otro, en agosto de 2019 publicado en Ginebra, en el que se fija por primera vez la relación directa entre crisis climática y fenómenos como la degradación del suelo.