3.600 EXOPLANETAS ENCONTRADOS
Utilizando de base los datos de la misión K2 del telescopio espacial Kepler de la NASA, un equipo internacional de científicos ha confirmado el descubrimiento de cerca de un centenar de exoplanetas, lo que eleva a casi 300 el número de planetas ubicados fuera del Sistema Solar encontrados con esta misión.
Según explica el estudiante de doctorado Andrew Mayo en el Instituto Nacional del Espacio (DTU Space) en la Universidad Técnica de Dinamarca, el equipo comenzó analizando 275 candidatos, de los cuales 149 se validaron como exoplanetas reales. De ellos, un total de 95 han demostrado ser nuevos descubrimientos. "Esta investigación ha estado en marcha desde el primer lanzamiento de datos de K2 en 2014", dice Mayo, autor principal del trabajo, cuyos resultados se publicarán en el 'Astronomical Journal'.
En la investigación ha participado un equipo de científicos procedentes de instituciones como la NASA, Caltech, UC Berkeley, la Universidad de Copenhague y la Universidad de Tokio. El telescopio espacial Kepler fue lanzado en 2009 con el objetivo de buscar exoplanetas en un área determinada del cielo, pero en 2013 una falla mecánica paralizó el instrumento. Sin embargo, los astrónomos y los ingenieros idearon una forma de reutilizar y guardar el telescopio cambiando su campo de visión de manera periódica. Esta solución allanó el camino para la misión de seguimiento K2, todavía en curso para buscar tránsitos de exoplanetas.
Estos tránsitos se pueden encontrar registrando caídas en la luz causadas por la sombra de un exoplaneta cuando cruza frente a su estrella anfitriona. Estas caídas son indicaciones de la presencia de exoplanetas que después deben examinarse mucho más de cerca para validar que cada candidato es realmente un exoplaneta. El campo de los exoplanetas es relativamente joven, pero también centra la exploración espacial en la actualidad.
El primer exoplaneta orbitando una estrella similar al Sol se detectó en 1995. Hasta la fecha, se han encontrado unos 3.600 exoplanetas, que van desde planetas rocosos del tamaño de la Tierra hasta grandes gigantes gaseosos como Júpiter. Es difícil distinguir qué señales provienen realmente de exoplanetas. Mayo y sus colegas analizaron a fondo cientos de posibles exoplanetas para determinar qué señales fueron creadas por exoplanetas y cuáles fueron causadas por otras fuentes.
"Descubrimos que algunas de las señales fueron causadas por múltiples sistemas estelares o ruido de la nave espacial. Pero también detectamos planetas que varían desde el tamaño de la Tierra hasta el tamaño de Júpiter y más grandes", comenta Mayo.
Uno de los planetas detectados por Kepler estaba orbitando una estrella muy brillante. "Validamos un planeta en una órbita de 10 días alrededor de una estrella llamada HD 212657, que ahora es la estrella más brillante encontrada por las misiones Kepler o K2 para alojar un planeta validado", explica el investigador, que asegura que los planetas alrededor de estrellas brillantes son "importantes" porque los astrónomos pueden aprender mucho sobre ellos desde los observatorios terrestres.
Para Mayo, los exoplanetas son un campo "muy emocionante de la ciencia espacial", ya que, a medida que se descubran más, los astrónomos desarrollarán una imagen más precisa de la naturaleza de los exoplanetas, lo que a su vez permitirá ubicar al propio Sistema Solar en un "contexto galáctico". El telescopio Kepler ha realizado enormes contribuciones al campo de los exoplanetas, tanto en su misión original como en su misión sucesora, K2. Hasta el momento, estas misiones han proporcionado casi 4.500 candidatos a exoplanetas que ahora se pueden examinar más de cerca.
Con las nuevas y próximas misiones espaciales, como el Telescopio Espacial James Webb (colaboración internacional entre la NASA, la ESA y la Agencia Espacial Canadiense) y el Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito (del programa Explorer de la NASA), los astrónomos darán nuevos y emocionantes pasos para caracterizar y estudiar exoplanetas como los planetas rocosos, habitables y de tamaño terrestre, que podrían ser capaces de albergar vida.