SOLO FLORECEN UNA VEZ EN SU VIDA
La expectación que generan es máxima, el Teide queda en un segundo plano, hoy lo importantes es llevarse una fotografía de los Tajinastes.
Sus flores crecen en espiral y el néctar que rebozan se convierten en un auténtico festín para las abejas. Un belleza efímera, porque sólo florecen una vez en su vida.