Impacto asteroide
Según las últimas mediciones, el asteroide de 2024 YR4 podría tener un diámetro cercano a los 57,5 metros y se desplaza por el espacio a una velocidad de 13,7 kilómetros por segundo.
El asteroide 2024 YR4 sigue acaparando la atención de la comunidad científica. La NASA ha actualizado sus estimaciones y la posibilidad de que este objeto impacte contra la tierra el 22 de diciembre de 2032 ha aumentado al 3,1% tras haber sido analizado a lo largo de 370 observaciones en casi 55 días. La Agencia Especial Europea (ESA) también ha ajustado sus cálculos y sitúa la probabilidad en un 2,8%.
Desde su descubrimiento en diciembre por el sistema ATLAS en Chile, este cuerpo celeste ha sido objeto de un minucioso seguimiento, activando incluso el Protocolo de Seguridad Planetaria de la ONU, un hecho inédito hasta ahora. España también ha colaborado en su monitorización con el Gran Telescopio de Canarias.
Según las últimas mediciones, el asteroide 2024 podría tener un diámetro cercano a los 57,5 metros y se desplaza por el espacio a una velocidad de 13,7 kilómetros por segundo. Aunque su tamaño es considerablemente menor que el de los asteroides que provocan extinciones globales, su impacto en la tierra podría devastar un área de hasta 50 kilómetros a la redonda, equivalente a una provincia o una isla del tamaño de Gran Canaria, según la Red Internacional del Alerta de Asteroides (IAWN).
El telescopio espacial James Webb, una de las herramientas más avanzadas jamás creadas, será clave en el seguimiento de este asteroide. Cuando en abril deje de ser visible desde observatorios terrestres, este sofisticado telescopio se encargará de afinar los cálculos sobre su tamaño, trayectoria y nivel de riesgo real.
A pesar de que el riesgo ha subido, los expertos aseguran que este comportamiento es normal en los primeros meses tras el descubrimiento de un asteroide. Según explica Juan Luis Cano, coordinador del Servicio de Información de la Oficina de Defensa Planetaria de la ESA, cada nueva observación permite reducir la incertidumbre en la trayectoria del objeto. Sin embargo, si la Tierra sigue dentro de la zona de incertidumbre, la probabilidad de impacto aumenta, aunque el riesgo real siga siendo bajo.
"Es como pasar de ronda en un torneo", explica Cano. "No sabes si vas a ganar, pero si pasas de 32 equipos a 16, tus probabilidades aumentan. En este caso, cuanto más nos acercamos a una trayectoria definida, mayor parece el riesgo, pero lo más probable es que en mayo, cuando tengamos datos más precisos, el impacto quede completamente descartado".
Si en mayo el Grupo de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG) determina que el riego persiste, las agencias espaciales podrían optar por dos estrategias.
A pesar del alarmante aumento en la probabilidad de impacto, la comunidad científica mantiene la calma. Con un 96,9% de posibilidades de que pase de largo, las apuestas siguen estamos a favor de la Tierra. Sin embargo, la vigilancia sobre 2024 YR4 continuará siendo prioritaria hasta que se obtengan observaciones más precisas que permitan descartar cualquier riesgo.
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