Peligro de extinción
Gerardo Ceballos, investigador de la UNAM, cree que las tasas de extinción actuales son muy superiores a las de los últimos 2 millones de años.
Hace 66 millones de años que se produjo la última extinción masiva con la desaparición definitiva de los dinosaurios. Y nunca antes se habían perdido tantas especies a una velocidad de vértigo como en la actualidad. La Sexta Gran Extinción no solo supone la pérdida de algunos animales y plantas, sino también de poblaciones locales, y ello tiene como consecuencia profundos desequilibrios en los ecosistemas. ¿Qué significa este concepto?
Antena 3 Noticias ha entrevistado a Gerardo Ceballos, investigador del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), recién premiado por la Fundación BBVA por su contribución para documentar, comprender y concienciar a la sociedad de la magnitud alcanzada por el fenómeno, que no es otra cosa que la actual pérdida masiva de la biodiversidad. "Significa que las tasas de extinción actuales son muchos más altas que las que prevalecieron en los últimos 2 o 3 millones de años", explica.
Cree que las acciones del ser humano están favoreciendo "la pérdida de todas las especies que hay en el planeta". Lo preocupante, según el científico, está en el ritmo con el que se está dando la extinción. "Las especies que se extinguieron hace 100 años deberían haber desaparecido hace 10.000 años", alerta.
Ceballos lleva colaborando con Rodolfo Dirzo, investigador de la Universidad de Stanford, desde hace cuarenta años en trabajos centrados en Latinoamérica y África para dar a conocer que los "efectos en cadena" que tiene sobre el medio ambiente la eliminación de las especies. Elefantes, tigres, ballenas, delfines, buitres... son algunas de las especies que se encuentran amenazadas y, en caso de desaparecer definitivamente, "perderíamos la capacidad de mantener vivo el planeta Tierra". También, supondría un serio revés para "el bienestar humano".
Según el investigador, la razón de esto se encuentra en que las especies que están en peligro de extinción han favorecido "toda la evolución del hombre". "Somos lo que somos gracias a ellas", recalca.
La desaparición de una especie es también nociva por la pérdida de poblaciones ubicadas en regiones concretas que ejercen un papel importante en sus ecosistemas locales. Gerardo Ceballos preconiza la necesidad de establecer una relación entre las crisis de la biodiversidad y la emergencia climática.
Los científicos hablan de la Sexta Gran Extinción pero, ¿cuáles fueron las anteriores?
La extinción masiva más conocida es la última, en la que desaparecieron dinosaurios y otras especies. Ocurrió hace aproximadamente 66 millones de años en la conocida extinción del Cretáfico-Paleógeno. La tesis que apoya el fenómeno argumenta que un meteorito impactó contra la Tierra dando lugar a una serie de cambios en la climatología y en las condiciones de vida que muchas especies no superaron.
La cuarta extinción masiva tuvo lugar hace 200 millones de años. Es la conocida como extinción del Triásico-Jurásico, que probablemente habría sido causa por los acontecimientos geológicos que provocaron la división del supercontinente de Pangea.
Antes de esta, hace unos 250 millones de años se produjo la extinción del Pérmico-Triásico. Esta podría haber supuesto la desaparición de una gran parte de la biodiversidad planetaria. También un meteorito y la intensa actividad volcánica propiciaron el evento.
Ya 360 millones de años atrás, se produciría la conocida como final del Devónico. Las plantas se diversificaron en esta época y se extendieron dando lugar a un enfriamiento global.
Por último -en orden inverso-, la primera gran extinción de la que se tiene conocimiento es la del final del Ordovícico. La climatología sería nuevamente la responsable de la desaparición de más de cuatro quintas partes de las especies de la Tierra.
"Este premio representa una gran oportunidad para poder difundir una cuestión de voluntad política, las cosas que puede hacer bien en beneficios de todos para la preservación de animales y plantas", dice con orgullo sobre el reconocimiento que ha recibido hace unos días.
El objetivo, según cuenta el científico, es "no colapsar la situación" durante los próximos 20 o 30 años.
También hemos preguntado al investigador sobre qué supone que el lince ibérico deje de estar en peligro de extinción y pase a ser una especie amenazada.
Así lo estableció la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, que irá actualizando poco a poco la situación en la que se encuentra el animal. Se calcula que hay más de 2.000 ejemplares de lince ibérico en la península, una cifra muy superior a los cien ejemplares que existían hace unos años.
Gerardo Ceballos cree que es un logro tanto para "la humanidad" como para España por ser aquí "una especie tan icónica". Asegura que es el resultado de que se han hecho buenas acciones de conservación pero manifiesta la necesidad de que exista un "buen hábitat" para el lince.
"Este éxito es el resultado de la colaboración comprometida entre organismos públicos, instituciones científicas, ONG, empresas privadas y miembros de la comunidad, incluidos propietarios de tierras, agricultores, guardabosques y cazadores locales, y los actores financieros y apoyo logístico del proyecto LIFE de la Unión Europea (UE)", valoró la UICN al conocer el anuncio dado por la Junta de Andalucía.
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