Rusia
A pesar de los problemas la agencia espacial de Rusia ha explicado que la tripulación está a salvo.
Soyuz MS-22, la nave rusa acoplada a la Estación Espacial Internacional, ha sufrido una fuga de líquido refrigerante que ha obligado a paralizar la caminata espacial programada para este jueves, en la que los cosmonautas tenían previsto trasladar con la ayuda del brazo robótico europeo ERA un radiador del módulo Rassvet al laboratorio multiuso Naúka.
Según ha detallado la agencia espacial rusa el casco exterior ha sufrido daños, aunque todos de los sistemas de la nave y la plataforma orbital han continuado funcionando con normalidad.
La nave Soyuz MS-22 transportó al espacio al astronauta de la NASA Frank Rubio y a los cosmonautas de Roscosmos Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin tras despegar del cosmódromo de Baikonur (Kazajstán) el 21 de septiembre.
Roscosmos investiga la fuga
Tal y como ha detallado Roscosmos en un comunicado, los tripulantes han sido los que han comunicado al centro de control en tierra que un sensor indicaba que había caído la presión en el sistema de refrigeración del casco de la Soyuz. "Los datos fueron trasmitidos a la Tierra. Los especialistas comenzaron a analizar las imágenes", ha subrayado la agencia rusa.
A pesar de los problemas, la tripulación está a salvo y no ha corrido ningún peligro durante la fuga.
Es la segunda vez que se cancela el paseo espacial de los cosmonautas rusos Prokopiev y Petelin. El pasado 25 de noviembre durante la preparación de las escafandras se detectó un funcionamiento anómalo de las bombas del sistema de refrigeración de uno de los trajes espaciales que obligó a detener los preparativos para la salida.
Además, a mediados de agosto el astronauta ruso Oleg Artémiev también tuvo que regresar antes de lo previsto a la EEI debido a las complicaciones que tuvo con su escafandra durante otra caminata.