SE PROPAGÓ A EUROPEOS, ÁRABES Y CHINOS
Un templo ubicado al sur de Delhi cuenta con el conocido como ejemplo más antiguo del número cero en la pared. Data del siglo IX e incluye el número 270 claramente visible, de una manera similar a la escritura actual.
Los antiguos babilónicos no contaban con el número cero. Por tanto, se creaba una confusión similar a si los número 17, 170 y 1007 carecieran de esta cifra. Los escribas solían dejar un hueco para indicarlo, pero era difícil de distinguir el cero de los espacios del centro o final. Más adelante, empezaron a usar un símbolo en sustitución del espacio, pero es probable que no consideraran al cero como un número igual que los demás.
En el año 650, en la India, ya era habitual su uso. La tabilla encontrada en Gwalior, al sur de Delhi, data del año 876. Los números son muy similares a los usados actualmente, salvo porque los ceros eran un poco más pequeños y se encontraban alzados, según recoge Clifford A. Pickover en 'El libro de las matemáticas'.
Los matemáticos indios ya utilizaron el cero en operaciones matemáticas. El astrónomo indio y matemático Brahmaguta, nacido en el año 598, indicó que cualquier número al que se le resta él mismo da como resultado cero, además de que cualquier cantidad multiplicada por cero resulta en cero.
"Experimentando la nada"
Mucho tiempo antes, Alejandro Magno visitó la India, según cuenta el mitólogo indio Devdutt Pattnaik en una charla Ted. El conquistador mundial se encontró con un yogui sentado en una roca y mirando al cielo y le pregunto "¿Qué estás haciendo?".
"Estoy experimentando la nada. ¿Qué estás haciendo? ", respondió el yogui.
"Estoy conquistando el mundo", dijo Alejandro Magno.
Ambos se rieron; cada uno pensó que el otro era un tonto, y estaba desperdiciando su vida.
Esta historia sucedió mucho antes de que el primer cero se inscribiera en la pared del templo de Gwalior, pero el hombre yogui que meditaba sobre la nada tiene conexión con la invención del dígito. Los indios, a diferencia de las personas de muchas otras culturas, ya estaban filosóficamente abiertos al concepto de la nada. Sistemas como el yoga se desarrollaron para fomentar la meditación y el vaciado de la mente, mientras que las religiones budista e hindú adoptaron el concepto de la nada como parte de sus enseñanzas.