Alzhéimer
El fármaco se encuentra en fase tres y los investigadores buscan averiguar los resultados a largo plazo.
La compañía farmacéutica Eli Lilly ha publicado los datos de un ensayo avanzado que muestran que un nuevo fármaco da garantías para ralentizar el Alzhéimer. El fármaco se llama 'Donamedab' y podría ralentizar la enfermedad unos meses con un diagnóstico precoz. Los resultados de las primeras investigaciones son "alentadores".
El Alzhéimer es una enfermedad que afecta a 50 millones de personas en el mundo que por ahora no tiene cura. Según la compañía, el 'Donamedab' provoca un enlentecimiento del deterioro cognitivo en un 35%. Se trata de un anticuerpo monoclonal. Ataca las placas cerebrales formadas por amiloides, un tipo de proteína. Estas alteran la función celular y provoca la rápida propagación de otra proteína conocida como tau. Las dos sustancias contribuyen al desarrollo de la enfermedad de Alzhéimer.
Gil Rabinovici, director del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer de la Universidad de California en San Francisco, ha definido la llegada del fármaco como "una nueva era". No obstante, ha puntualizado que estos fármacos funcionan mejor en las primeras etapas de la enfermedad y serán necesarias otras terapias complementarias para ayudar a las personas con la enfermedad avanzada.
El ensayo sobre el 'Donameab' se encuentra en fase 3. Los investigadores disponen de 1.736 personas de entre 60 y 85 años con alzhéimer sintomático. Los pacientes experimentaron cerca de un 40% menos de riesgo de pasar de deterioro cognitivo y funcional leve a demencia leve, o de demencia leve a moderada. La progresión de la enfermedad suponía una ralentización de entre 4,4 y 7,5 meses a lo largo de 18 meses.
Los datos sobre el fármaco empiezan a mostrar "cómo podemos adaptar el tratamiento a los pacientes que más se beneficiarán -aquellos con evidencia de amiloide sin niveles muy altos de tau- y cómo podemos limitar la dosis de la medicación. Esto es muy importante en la práctica clínica, sobre todo, porque hay efectos secundarios y los costes pueden ser significativos". Así lo ha explicado Liz Coulthard, del Departamento de Neurología de la Demencia en la Universidad de Bristol (Reino Unido).
Coulthard destaca que próxima etapa del fármaco consiste en "averiguar cuáles son los resultados a largo plazo de quienes han seguido la terapia: aún no sabemos cuándo interrumpirían el tratamiento los pacientes en el mundo real".