'University College London'
Nuestros ancestros evolucionaron tres veces más rápido en los diez millones de años que transcurrieron después de la extinción de los dinosaurios que en los últimos 80 millones de años, según concluyen investigadores del 'University College London' (UCL), en Reino Unido.
El equipo encontró que la velocidad de la evolución de los mamíferos placentarios, un grupo que hoy incluye cerca de 5.000 especies, incluyendo los seres humanos, fue constante antes del evento de extinción, pero explotó después, lo que resultó en los variados grupos de mamíferos que existen hoy en día.
El investigador principal, el doctor Thomas Halliday, del Departamento de Genética, Evolución y Medio Ambiente de UCL, explica: "Nuestros antepasados, los primeros mamíferos placentarios, se beneficiaron de la extinción de los dinosaurios no aviares y el menguante número de grupos de mamíferos en competición. Una vez que la presión desapareció, los mamíferos placentarios pronto evolucionaron rápidamente en nuevas formas".
"En particular, hemos encontrado que un grupo llamado 'Laurasiatheria' aumentó rápidamente su tamaño corporal y diversidad ecológica, poniéndolos en un camino que daría lugar a un grupo que contiene mamíferos modernos tan diversos como murciélagos, gatos, rinocerontes, ballenas, vacas, pangolines, musarañas y erizos", agrega.
El equipo encontró que el último ancestro común de todos los mamíferos placentarios vivió en el periodo cretáceo tardío, unos tres millones de años antes de que los dinosaurios no aviares se extinguieron hace 66 millones de años.
Esta fecha es 20 millones de años más joven que las sugerencias de estudios previos que emplean datos moleculares de los mamíferos que viven y asumen una tasa casi constante de evolución.
En este estudio, financiado por el Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural y publicado en 'Proceedings B of the Royal Society', los investigadores analizaron los fósiles del Cretácico hasta la actualidad y emplearon las fechas de su aparición en el registro fósil para estimar el tiempo de divergencias sobre la base de un árbol actualizado de la vida.