EN UN DESIERTO DE EE.UU.
Caminamos por la superficie de Marte. Cráteres de meteoritos, volcanes gigantes, profundos cañones. El entorno es exclusivamente mineral. No hay agua y puede que tampoco vida.
El paisaje es muy similar, se corresponde al de la Tierra. Concretamente, al desierto de Goblin Valley, en el corazón de Utah. Aquí decenas de científicos, realizan misiones simuladas a Marte.
“Todo el mundo quiere practicar antes de viajar a Marte, aunque algunos dicen que deberíamos practicar en la luna. Podríamos hacerlo pero el coste sería un millón de veces mayor”, asegura Robert Zubrin, director de Mars Society.
Rio Tinto, en Huelva, o Tenerife son lugares terrestres dónde también se investigan las condiciones extremas para la vida en el Planeta Rojo. La temperatura durante el día marciano no supera los 20 grados y contrasta con la noche: 130 grados bajo cero.
Los científicos viven recluidos en una cápsula de cien metros cuadrados. El agua está racionada y sólo consumen alimentos liofilizados, igual que los astronautas. Se preparan para la colonización de Marte, un viaje que se estima comenzará en 2030.
La Nasa se enfrenta a varios retos. La nave Orion, un vehículo espacial concebido para la exploración del sistema solar, sigue en pruebas. Y tampoco queda claro como sobrevivirán los colonos en el planeta rojo. Necesitarían poder generar agua, oxígeno y alimentos. Y se desconoce cómo afectará la atmosfera de Marte al cuerpo humano.