SE PUEDEN COMBINAR LAS PARTES DEL TRAJE
La NASA ha puesto sobre los hombros de la ingeniera Lindsay Aitchison la responsabilidad de diseñar los futuros trajes espaciales que vestirán los astronautas de la agencia espacial estadounidense en sus viajes a Marte.
Varios medios de Estados Unidos han hecho público el perfil de esta mujer que obtuvo su licenciatura en Ingeniería Mecánica de la Universidad de Purdue. Pero además, cuenta con un master en Ingeniería de Factores Humanos y ha completado cinco visitas co-op (prácticas especiales) en la NASA.
Según ha explicado la agencia espacial, el equipo de Aitchison está trabajando en un prototipo de traje espacial de exploración conocido como 'Z-2' y cuyo diseño fue elegido por el público, en una votación a través de Internet, en 2014. Se trata de un traje decorado con una llamativa iluminación y recubierto, en alguna de sus partes, con una dura estructura. Su elaboración tiene un coste de unos 4,4 millones de dólares.
La diferencia más notable entre el prototipo actual y los anteriores es que es compatible con el cuerpo de mujer. Y es que es la primera vez en la historia que la mitad de los candidatos seleccionados para ser aprendices de astronautas de la NASA son mujeres.
En este sentido, Aitchison ha explicado que los últimos trajes espaciales diseñados, que son de la década de 1980, se crearon bajo el supuesto de que las astronautas "eran básicamente hombres diminutos". "Aunque la gente no sepa sobre diseño de prendas de vestir, seguro que sabe que la mujeres no son sólo a versiones más pequeñas de los hombres", ha bromeado la diseñadora en una entrevista a 'Racked'.
Aitchison ha explicado que las características del cuerpo femenino llevan ahora a estudiar dónde pueden llevar las bolsas de bebida, que los hombres llevan en el pecho, o dónde es mejor colocar las zonas más duras del traje". Otra novedad que llega con este equipo de ingenieros es el concepto de traje modular. Los astronautas podrán mezclar y combinar pantalones, guantes, mangas y otras partes para adaptarse a sus diferentes proporciones.
"Tener trajes espaciales modulares significa que estarán completamente personalizados con el astronauta", ha explicado Aitchison. Otra de las ventajas es la posibilidad de reemplazar una pieza deteriorada, por ejemplo la articulación del codo que se desgasta muy fácilmente, por la de otro compañero.
La ingeniera ha explicado que el 'Z-2' está diseñado para facilitar la exploración del planeta rojo, la Luna, y cualquier otra superficie en relieve, donde una nave espacial pueda tocar el suelo. El material flexible de las mangas y los pantalones permitirá a los astronautas recoger muestras, así como levantar objetos sobre su cabeza. El peso del traje no llega a los 70 kilogramos, por lo que requiere fuerza muscular y equilibrio.
El traje es un diseño a presión hecho de capas de materiales de alta tecnología que se inflan hasta tensar. Esta inflación compensa algo de peso, pero, en movimiento, el traje espacial "sigue siendo vigoroso". Por eso, Aitchison recomienda a los astronautas una rutina de 'Crossfit' para mantenerse en forma de cara a las pruebas.