según un ensayo clínico

La música mejora el estado de ánimo y la calidad de vida de los pacientes que han sufrido un ictus

El estudio ha concluido que la motivación es un factor importante en la recuperación y que los pacientes tratados con apoyo de terapia musical mejoran en mayor grado que los que reciben sólo terapia convencional.

La terapia musical mejora el estado de ánimo y la calidad de vida de pacientes que han sufrido un ictus, según un ensayo clínico que ha analizado los efectos de añadir una terapia con soporte musical al programa de neurorrehabilitación que se ofrece a los centros hospitalarios. El ensayo clínico, que publica la revista Annals of the New York Academy of Sciences, ha investigado en concreto la efectividad de la terapia musical en la recuperación de la movilidad del brazo y la mano en personas que han sufrido un ictus.

El ensayo está firmado por Jennifer Grado Sánchez como primera autora, y se ha hecho conjuntamente con un equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Bellvitge (IDIBELL), del Parque de Salud Mar, del Hospital de Bellvitge y la Universidad de Helsinki.

El estudio, dirigido por Antoni Rodríguez Fornells, investigador de la Unidad de Cognición y Plasticidad Cerebral de la Universidad de Barcelona, y Esther Duarte Oller, del Servicio de Rehabilitación del Parque de Salud Mar, ha concluido que la motivación es un factor importante en la recuperación y que los pacientes tratados con apoyo de terapia musical mejoran en mayor grado que los que reciben sólo terapia convencional. En el ensayo participaron 40 personas que habían sufrido un ictus y hacían rehabilitación en el Hospital de la Esperanza de Barcelona.

Los pacientes fueron asignados aleatoriamente a un grupo de tratamiento para recibir sesiones extra de terapia con soporte musical (además de la terapia convencional), o bien a un grupo control para recibir más sesiones de tratamiento convencional durante cuatro semanas (20 sesiones de 30 minutos de duración). Antes y después del tratamiento, evaluaron las funciones motora y cognitiva, y el estado de ánimo y la calidad de vida de los pacientes.

La nueva terapia consistió en un entrenamiento musical para aprender a tocar el piano y unos tambores electrónicos con la extremidad que había quedado afectada por el ictus. Según el estudio, respecto a los pacientes que recibieron el apoyo musical, destaca que los que más mejoraron en el aspecto motor fueron aquellos a quienes más les gustaba participar en actividades musicales. Además, los pacientes que siguieron este tratamiento mejoraron la calidad de vida y redujeron la fatiga, las emociones negativas y la apatía en mayor grado que los pacientes que sólo recibieron el tratamiento convencional.

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