estudio en el 'Journal of Geophysical Research: Planets'
La Luna pudo haber surgido de una enorme nube de roca vaporizada en forma de 'rosquilla' en lugar de haberse formado después de una colisión, según un estudio que se publica este miércoles en el 'Journal of Geophysical Research: Planets', cuyo autor principal es Simon Lock, un estudiante graduado en el Departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra de la Universidad de Harvard.
Lock explica cuál ha sido el modelo canónico que se ha mantenido durante 20 años sobre la formación de la Luna. "La teoría comúnmente aceptada sobre cómo se formó la Luna es que un cuerpo del tamaño de Marte colisionó con la proto-Tierra y material hilado en órbita --recuerda--. Esa masa se instaló en un disco y luego se acumuló para formar la luna. El cuerpo que quedó después del impacto fue la Tierra".
Aunque este modelo sea "convincente", Lock afirma que probablemente no sea correcto. "Poner suficiente masa en órbita en el escenario canónico es en realidad muy difícil, y hay una gama muy limitada de colisiones que podrían ser capaces de hacerlo", dice, ya que sólo hay un par de grados de ángulo de impacto y un rango muy estrecho de tamaños y, aun así, algunos impactos no funcionan.
El estudio, co-escrito por Sarah Stewart (UC Davis), Michail Petaev (Harvard), Zoë Leinhardt (Bristol), Mia Mace (Bristol), Stein Jacobsen (Harvard) y Matija Uk (SETI).
Por su parte, la profesora Sarah Stewart apunta que las pruebas han demostrado que la "huella dactilar" isotópica --comparten algunos elementos-- tanto para la Tierra como para la Luna son casi idénticas, lo que sugiere que ambas provienen de la misma fuente. Pero en la historia canónica, la Luna se formó principalmente a partir de los restos de uno de los dos cuerpos que colisionaron.
LA 'SYNESTIA' El escenario descrito por Lock y sus colegas comienza, no obstante, con una colisión masiva. Pero en lugar de crearse un disco de material rocoso, el impacto crea una 'synestia', término acuñado por Stewart y Lock para hacer referencia a un nuevo tipo de objeto planetario.
Una 'synestia' se forma cuando una colisión entre objetos del tamaño de un planeta da como resultado una masa de roca fundida y vaporizada, que gira rápidamente, con parte del cuerpo en órbita alrededor de sí misma. Todo el objeto se hincha, adoptando la forma de una rosquilla gigante de roca vaporizada.
Según indica Lock, este objeto puede ser diez veces el tamaño de la Tierra y, debido a que hay tanta energía en la colisión, un 10 por ciento de la roca de la Tierra se vaporiza. Estos objetos duran uno cientos de años, ya que se encogen rápidamente a medida que irradian calor, lo que hace que el vapor de roca se condense en líquido y finalmente se colapse en un planeta fundido.
Según explica Lock, el proceso de formación de la Luna habría comenzado con una "semilla": una pequeña cantidad de roca líquida que se acumula justo en el centro de la 'rosquilla'. A medida que la estructura se enfría, la roca vaporizada se condensa y 'llueve' hacia el centro de la 'synestia'.
"La tasa de lluvia es aproximadamente diez veces mayor a la de un huracán en la Tierra", describe Lock, que apunta que, con el tiempo, toda la estructura se contrae y un cuerpo --la Luna-- emerge del vapor. Eventualmente, toda la 'synestia' se condensa y lo que queda es una bola de roca líquida. El resultado de esta bola sería, según el modelo de Lock, la Tierra tal y como se la conoce en la actualidad. Según el investigador, todo el proceso sucede notablemente rápido, con la Luna emergiendo de esta 'rosquilla' en unas pocas decenas de años, y la Tierra formándose aproximadamente 1.000 años más tarde.
Dado que, según esta teoría, tanto la Tierra como la Luna se crean a partir de la misma nube de roca vaporizada, comparten naturalmente "huellas dactilares" de isótopos similares. Y la falta de elementos volátiles en la Luna --potasio, sodio y cobre-- se podría explicar entonces por el hecho de que la Luna se formó rodeada por decenas de atmósferas de vapor y a una temperatura de entre 4.000 y 6.000 grados Fahrenheit (2.200 y 3.300 grados Centígrados, aproximadamente).
Si bien el modelo parece abordar algunas preguntas de largo debate sobre la creación de la Luna, Lock advierte de que el trabajo aún se encuentra en sus etapas preliminares, y que se debe trabajar más para perfeccionar aún más el modelo. "Hicimos cálculos de cada uno de los procesos que forman la Luna y demostramos que el modelo podría funcionar, pero hay varios aspectos de nuestra teoría que requerirán más interrogatorios", concluye.