Podcast
Estados Unidos aspira ahora a volver a colocar a un hombre y una mujer en la Luna en cinco años. Será con la misión llamada Artemisa, que en mitología era la hermana de Apolo, y en la que pretende llevar a una mujer a nuestro satélite. El objetivo a explorar: el polo sur, donde científicos hallaron evidencias de agua congelada.
Tras años sin grandes ambiciones a la vista, fue una directiva firmada por Trump a finales de 2017 la que cambió la estrategia de la NASA. La idea original era volver a la Luna en 2028. Ahora el objetivo es hacerlo cuatro años antes.
“El futuro del liderazgo americano en el espacio… vamos a ser líderes de nuevo. Ha pasado mucho tiempo. Han pasado más de 25 años y estamos reiniciando, vamos a liderar de nuevo como nunca lo hemos hecho antes. Somos una nación de pioneros y la próxima gran frontera estadounidense es el espacio”, dijo Trump en 2017.
Para las nuevas misiones a la Luna, la NASA ya comenzó a desarrollar un nuevo cohete, el Sistema de Lanzamiento Espacial, heredero del poderoso Saturno V que impulsó a las misiones Apolo a la Luna. La logística del viaje lunar no ha cambiado mucho en medio siglo, aunque sí habrá un salto innovador: la NASA, junto con empresas privadas, tienen previsto ensamblar una estación espacial en la órbita lunar, un hub que servirá de plataforma para los alunizajes, la construcción de una base lunar y las futuras misiones a Marte. La nueva nave, Orión, viajará desde la Tierra y se acoplará a esa estación, desde donde partirán los astronautas en los nuevos módulos lunares para el alunizaje.
La NASA tienen previsto ensamblar una estación espacial en la órbita lunar
China es el nuevo rival de Estados Unidos
Estados Unidos cuenta con el mayor presupuesto para el espacio aunque esta vez el rival a batir en la carrera espacial no será la Unión Soviética sino China, que en los últimos años ha desarrollado el programa espacial más ambicioso del mundo.
China llegó la última al espacio pero Xi Jinping se ha propuesto reflejar su poderío económico también en sus proyectos espaciales. Pocos podían imaginarse en 1970, cuando Mao, lanzó el primer satélite chino al espacio, que en 2016 su país marcaría un récord anual en lanzamientos.
En junio del año pasado tuvimos la suerte de acceder a la base donde entrenan y se preparan los astronautas chinos porque grabamos un reportaje para Antena 3 Noticias. Fuimos el único medio europeo en lograr acceder allí y antes, solo había entrado la CNN allá por 2015, cuando el programa espacial chino no estaba tan desarrollado.
Antena 3 Noticias estuvo en la base donde entrenan los astronautas chinos
Nos citaron en una dirección que no aparecía en los GPS, a las afueras de Pekín. Una vez allí, nos hicieron subir en una furgoneta con las lunas opacas, la cámara apagada y en el maletero. Notamos que entrábamos en un recito miliar y al cabo de unos pocos minutos nos dejaron directamente en la entrada del módulo de entrenamiento. Allí mostraron una parte, una parte muy pequeña donde se preparan los astronautas pero sin ninguno entrenando porque es alto secreto de Estado. Nos contaron que, para sus entrenamientos ya colaboran con la ESA, la agencia espacial europea. Hasta el momento han sido los primeros en llegar a la cara oculta de la Luna para lo cual, desarrollaron un potente satélite de telecomunicaciones que les permitiera comunicarse durante la misión, porque a la cara más lejana de nuestro satélite no llegaban las señales.
El progreso concienzudo de China en la Luna inquieta a otras potencias, especialmente a Estados Unidos, quien mantiene un veto de colaboración entre la NASA y la agencia espacial china, alegando motivos de seguridad. Por eso el país asiático no puede formar parte de la Estación Espacial Internacional (ISS).
En este nuevo orden mundial que busca nivelar fuerzas espaciales, China emerge cada vez con más poder, Rusia sueña con recuperar su prestigio galáctico y los Estados Unidos exhibe síntomas de debilidad. A esta escalada se acopla la Agencia Espacial Europea (ESA), que esta semana revalidó su intención de fundar una aldea lunar, a la que se suman India e Israel, que intentan demostrar el alcance de su poderío tecnológico.
En abril de 2018 Vladímir Putin aseguró que Rusia planeaba enviar un cosmonauta a la Luna para 2030 y confirmó las pruebas en el nuevo transbordador Federatsia, un cohete supervisado para vuelos a la Luna y la edificación de un nuevo cosmódromo. No era la primera vez que hablaba de esto, ya en 2015 se anunció que Rusia retomaba la carrera espacial.
Nuevos competidores
Hace poco más de una década la ESA, la Agencia espacial europea, lideraba la carrera espacial. Hoy está en un segundo plano junto a Rusia, Japón e India, que tiene anunciadas varias misiones a la Luna. La ESA también colabora en proyectos puntuales con la NASA, Rocosmos y la agencia china. Con China y con Rusia va a realizar apoyo en tierra y colaboraciones científicas en órbita en sus próximas misiones.
Para entender la carrera espacial actual es fundamental fijarse en las empresas privadas que están ya desarrollando prototipos de naves, de viviendas espaciales, etc. La nueva carrera espacial es de corte capitalista. En esa carrera compiten, entre otros, dos grandes empresarios del sector tecnológico como Elon Musk y Jeff Bezos. Los directivos de Tesla y Amazon, se miran cara a cara en su intención de conquistar el espacio. No son los únicos, otras compañías como Boing o la propia NASA siguen trabajando en proyectos de distinta envergadura que siguen haciendo pensar que, en un futuro no tan lejano, el hombre podría hacer turismo más allá de la Tierra.
Empresas como SpaceX o Blue Origin tienen seguidores que ven reflejados sus valores e ilusiones en la investigación espacial. Miles de personas siguen los lanzamientos en Internet, en plataformas como Youtube, y el look desfasado de los ingenieros de la NASA ha sido sustituido por presentadores que convierten el despegue en un show televisivo moderno.
¿Y por qué queremos ir a la Luna?
¿Y por qué queremos ir a la Luna? Es una cuestión fundamentalmente geopolítica y estratégica. Se estima que en la Luna puede haber reservas de gas, por ejemplo, nadie quiere quedarse el último para explorarlo y quedarse el pastel. La búsqueda de helio-3, combustible para la esperada energía de fusión que no es posible obtener en la Tierra, puede ser el principal motivo para establecer una colonia en nuestro satélite natural lo que todavía nadie se atreve a calcular es cuándo lo lograremos.