NASA
Después de un viaje de dos años y casi otros dos de observaciones en órbita, OSIRIS-REX, una nave de la NASA del tamaño de un minibus tendrá 10 segundos para cumplir su misión: arrancar una muestra de un asteroide, que está a más de 300 millones de kilómetros, y traerla a la tierra para analizarla.
Esa muestra tiene un gran interés científico, ya que el asteroide es algo así como una reliquia del sistema solar y podría contener los precursores moleculares de la vida en nuestro planeta.
Será la primera vez que la NASA coja muestras de un asteroide. Se espera que la nave espacial traiga muestras a la Tierra en 2023. Los científicos están ansiosos por estudiar el material de un asteroide rico en carbono como es el Bennu, que podría contener evidencia que se remonta al comienzo de nuestro sistema solar hace 4.500 millones de años.
Un asteroide podría impactar contra la atmósfera el 2 de noviembre
Un pequeño asteroide del tamaño de un refrigerador podría impactar contra la atmósfera terrestre el día antes de las elecciones de Estados Unidos, el 2 de noviembre, aunque si así ocurriera lo más probable es que se desintegrara sin llegar a causar daños, según el divulgador científico Neil deGrasse Tyson.
La NASA estima que la probabilidad de que el asteroide 2018VP1, de la clase Apolo, impacte contra la Tierra es del 0,41%. "El asteroide no es tan grande como para impactar con éxito en la superficie de la Tierra. A la velocidad que va, a más de 40.555 kilómetros por hora es como impactar de frente contra un muro", explicó Grasse Tyson.