Ciencia
Sahatorn Naovaratpong un científico tailandés se hizo famoso en 2015 por haber criogenizado a su hija de dos años para que "viviera" algún día.
La niña murió a causa de un el ependimobastoma, un tipo de cáncer cerebral que ataca especialmente a los más pequeños. Sus padres decidieron congelarla con la esperanza que algún día se encontraría la cura para su enfermedad.
Así, el 8 de enero de 2015 comenzó el proceso de criopreservación. El cuerpo y el cerebro de Matheryn se encuentran separados y sumergidos en unos tanques especiales con nitrógeno líquido a –196º centígrados.
La niña se convirtió en la persona más joven del mundo en ser criogenizada. El coste de su mantenimiento está alrededor de los 80.000 dólares al año.
Ahora, su historia ha sido relatada en el documental 'Criogenización: Vivir dos veces', disponible en Netflix en el que sus padres explican el proceso de la enfermedad de su hija, su fallecimiento y su congelación posterior.