A 57 AÑOS LUZ DE DISTANCIA
Astrónomos que operan en el telescopio Subaru de Hawaii han fotografiado el planeta con menor masa jamás detectado, conocido como GJ 504b, que orbita una estrella como el Sol.
GJ 504b es cerca de cuatro veces más masivo que Júpiter y tiene una temperatura efectiva de alrededor de 237ºC. Orbita una estrella un poco más caliente que el Sol y es apenas visible a simple vista en la constelación de Virgo. Está a 57 años luz de distancia de la Tierra y el equipo de investigación estima que el sistema es joven, tiene unos 160 millones de años.
"Si pudiéramos viajar a este planeta gigante, veríamos un mundo todavía brillando con el calor de su formación", ha explicado uno de los miembros del equipo, Michael McElwain. Además, ha indicado que la cámara de infrarrojo revelan un color mucho más azul que otros planetas fotografiados, "lo que puede indicar que su atmósfera tiene menos nubes".
GJ 504b orbita su estrella a casi nueve veces la distancia que Júpiter gira alrededor del Sol, lo que plantea un desafío a las ideas teóricas de cómo se forman los planetas gigantes.
De acuerdo con la imagen de mayor aceptación, llamada 'modelo de acreción del núcleo', los planetas similares a Júpiter tienen su inicio en el gas del disco de escombros que rodea a una estrella joven. Un núcleo producido por colisiones entre asteroides y cometas proporciona una semilla, y cuando este núcleo alcanza una masa suficiente, su fuerza de gravedad atrae rápidamente de gas desde el disco para formar el planeta.
Si bien este modelo funciona bien para los planetas de órbitas similares a la de Neptuno, alrededor de 30 veces la distancia media entre la Tierra y el Sol, es más problemático para los mundos situados más lejos de sus estrellas, como, por ejemplo, GJ 504b.
"Este es uno de los planetas más difíciles de explicar en un marco tradicional de formación de planetas", ha explicó otro de los autores del trabajo, Markus Janson. "Su descubrimiento implica que tenemos que considerar seriamente las teorías de formación alternativas, o tal vez volver a evaluar algunos de los supuestos básicos de la teoría de acreción del núcleo", ha añadido.
En cuanto a la técnica utilizada, los expertos han indicado que la imagen directa es probablemente la técnica más importante para la observación de planetas alrededor de otras estrellas y también la más difícil. "Proporciona información acerca del planeta, la luminosidad, la temperatura, la atmósfera y la órbita", ha indicado el astrónomo Masayuki Kusuhara, que ha apuntado que el handicap está en que "los planetas que son tan débiles y están tan cerca de sus estrellas madre son difíciles de ver". "Es como tratar de tomar una foto de una luciérnaga cerca de un faro", ha señalado.
A pesar de ello, estos sistemas estelares jóvenes son los objetivos más atractivos para imágenes directas porque los planetas no han existido el tiempo suficiente para perder la mayor parte del calor de su formación, lo que aumenta su brillo infrarrojo.
"El Sol está a medio camino a través de su vida de producción de energía, pero la estrella de este sistema, GJ504, tiene sólo una trigésima parte de su edad", ha indicado el científico. "El estudio de estos sistemas sirve para ver a nuestro propio sistema planetario en su juventud", ha concluido.