un hecho "excepcional"
Los restos fósiles hallados en una baldosa de una calle de Girona se corresponden con los de un ejemplar de sirenio marino (Dugongidae), conocido como vaca marina, de hace unos 40 millones de años y se convierten en los primeros del cráneo de un mamífero vertebrado que aparecen en el mundo en un ambiente urbano. La alcaldesa Marta Madrenas, los geólogos directores de la intervención paleontológica, Roger Mata y Jordi Ferrer, y el responsable de la investigación en el Museo de Historia Natural de Berlín, el geólogo Oliver Hampe, han presentado los primeros resultados de la investigación.
Mata ha explicado que "el hecho excepcional y único a nivel europeo y quizás a nivel mundial es que es la primera vez que se encuentran restos fósiles de un mamífero marino, específicamente del cráneo y la mandíbula, que son las partes del esqueleto que permiten reconocer y estudiar mejor estos ejemplares, en el pavimento de una ciudad". Es habitual que, en losas de calles y edificios, se encuentren fósiles de especies no vertebradas, como numulites o corales, pero no de vertebrados y, menos, de mamíferos, según han explicado los expertos.
Además, también se han obtenido resultados sobre la edad individual y la identificación taxonómica del hallazgo y se ha confirmado que, con la máxima probabilidad, se trata de un solo ejemplar, que sería un subadulto o un adulto joven, tal como indica la posición relativa y el grado de desgaste del tercer molar superior. Los restos se encuentran en dos baldosas rectangulares de unos tres centímetros de grosor procedentes de una cantera de Sant Vicenç de Castellet, de donde se sacaron las piedras a finales de los 90 para pavimento, sin apreciar que había fosilizado parte de un cráneo y una mandíbula de un mamífero marino.
Se trataría de un animal de la familia de las vacas marinas, que, en la actualidad, se encuentra en peligro de extinción y del que todavía hay presencia en el sudeste de Asia, aunque ya se habían encontrado restos en el Caribe o en el norte de la península Ibérica, pero no de tanta antigüedad. En su momento, se extrajeron las dos baldosas y se sometieron a escáner en la Clínica Girona, lo que ha permitido elaborar un estudio que verá la luz de forma completa en los próximos meses en una revista internacional.