Estados Unidos
Esta nueva tecnología podría dejar atrás pruebas más invasivas como la endoscopia o la gastroscopia
La Universidad de Nueva York está desarrollando unas súper píldoras inteligentes con las que se van a evitar las endoscopias. Estas píldoras, muy pequeñas e y que se pueden ingerir, van a potenciar los diagnósticos y los tratamientos de problemas gastrointestinales a través de campos electromagnéticos, ofreciendo una mayor visión e información.
Así funcionan las píldoras
Por todo ello, esta nueva tecnología podría dejar atrás pruebas más invasivas como la mencionada endoscopia o la gastroscopia. La ubicación de este dispositivo se puede monitorear a medida que se mueve a través del tubo digestivo.
El diminuto sensor funciona detectando un campo magnético producido por una bobina electromagnética ubicada fuera del cuerpo. La fuerza del campo varía con la distancia desde la bobina, por lo que la posición del sensor se puede calcular en función de su medición del campo magnético.
En el estudio, los investigadores demostraron que podían usar esta tecnología para rastrear el sensor a medida que se movía a través del tracto digestivo de animales grandes. "Tener la capacidad de monitorear el tubo digestivo sin tener que ir a un hospital es importante para comprender realmente lo que le está sucediendo a un paciente", dice Giovanni Traverso, uno de los autores principales del estudio.
Las cápsulas tienen un margen de error de dos milímetros
Los trastornos de la motilidad GI, que afectan a unos 35 millones de estadounidenses, pueden ocurrir en cualquier parte del tubo, lo que provoca que los alimentos no se muevan a través del mismo. Por lo general, se diagnostican mediante estudios de imágenes nucleares o rayos X, o mediante la inserción de catéteres que contienen transductores de presión que detectan las contracciones del tubo GI.
Los investigadores querían encontrar una alternativa que fuera menos invasiva y pudiera realizarse en el domicilio del paciente. La cápsula, que únicamente se traga, ayudará a los médicos determinar, con un margen de error de dos milímetros, qué parte del tubo digestivo está causando una desaceleración y determinar mejor cómo tratar la condición del paciente.
El equipo de investigación ahora espera trabajar con colaboradores para desarrollar procesos de fabricación para el sistema, con la esperanza de probarlo eventualmente en ensayos clínicos en humanos.