EN SUIZA
Investigadores de la Universidad de Ginebra (UNIGE) y de los Hospitales Universitarios de Ginebra (HUG) han demostrado cómo la música puede ayudar a la formación del cerebro de los bebés prematuros. Muchos bebés que nacen antes de tiempo desarrollan posteriormente trastornos del desarrollo neurológico, incluyendo dificultades de aprendizaje, trastornos de atención o emocionales. "Al nacer, los cerebros de estos bebés aún son inmaduros. Por lo tanto, el desarrollo del cerebro debe continuar en la unidad de cuidados intensivos, en una incubadora, en condiciones muy diferentes a las de la madre", explica Petra Hüppi, profesora de la Facultad de Medicina de la UNIGE y Directora de la División de Desarrollo y Crecimiento de HUG.
En los resultados, publicados en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS), se demuestra que las redes neuronales de los bebes prematuros que escucharon música se desarrollaron mucho mejor.
La música está compuesta específicamente para los bebés prematuros, ya que los déficits neuronales de los bebés prematuros se deben, en parte, a estímulos inesperados y que no están adaptados a su condición.
"Era importante que estos estímulos musicales estuvieran relacionados con el estado del bebé. Queríamos estructurar el día con estímulos agradables en momentos apropiados: una música para acompañar su despertar, una música para acompañar su sueño y una música para interactuar durante las fases de despertar", afirma Lara Lordier, investigadora del HUG y la UNIGE.
Para la composición de los temas contaron con la ayuda del músico Andreas Vollenweider. El compositor tocó varios instrumentos para los bebés y fue la flauta la que generó más reacciones entre los niños.
La Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del HUG acoge cada año a 80 niños que nacen entre las 24 y 32 semanas de embarazo, es decir, casi cuatro meses antes de lo previsto. El estudio se llevó a cabo con un grupo de bebés prematuros que escucharon la música, otro en cuidados intensivos y otro que no escuchó nada, para evaluar las diferencias en el desarrollo cerebral. En los resultados, la conectividad funcional entre la red de saliencia y las redes auditiva, sensoriomotora, frontal, tálamo y precuneal se incrementó en aquellos bebés que sí habían escuchado la música.
Los primeros niños que se inscribieron en el proyecto tienen ahora 6 años y los científicos se reunirán de nuevo con ellos para evaluar si los resultados cognitivos y socio-emocionales se han mantenido.
El estudio, que está dando resultados muy positivos, está financiado por la Fundación Nacional Suiza para la Ciencia y por la Fundación Prim'Enfance.
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