Espinacas

¿Las espinacas tienen mucho hierro?

Guardamos en nuestra retina esa secuencia de Popeye tomando una lata de espinacas y fortaleciéndose. Sin embargo ¿es posible desarrollar tanto músculo gracias a esta verdura?

Popeye es el responsable de momentos inolvidables de nuestra infancia pero además este célebre personaje contribuyó en los años 30 a promover el consumo de espinacas para combatir la anemia. Todo a partir de la creencia de que este vegetal de hoja verde contenía gran cantidad de hierro y ayudaba a fortalecernos. Es el momento de someter esta teoría a un análisis objetivo. Sea cual sea el veredicto, Popeye estará siempre entre nuestros héroes.

La verdad es que las espinacas no contienen un alto nivel de hierro. Lo comprobamos en el museo de la DOMUS en A Coruña. La divulgadora científica Patricia Barciela señala que, por ejemplo, las lentejas "tienen siete miligramos de hierro por cada 100 gramos. Las almejas en cambio, contienen 24 miligramos de hierro por cada 100 gramos y, sorprendentemente, las espinacas solos contienen 4 miligramos de hierro por cada 100 gramos" y concluye "está claro que hay un mito que derribar" y, en parte se debe a Popeye. “Lo que su creador en realidad buscaba que las tomásemos por su contenido en vitamina A".

Todo se debe a un error de transcripción cometido en 1870 por un químico alemán. Al apuntar los valores nutricionales de las espinacas anotó que 100 gramos contenían 40 miligramos de hierro pero en realidad son tan solo 4 miligramos, 10 veces menos. El dato real se descubrió en 1937 cuando ya las autoridades sanitarias estadounidenses habían popularizado durante la depresión el consumo de espinacas, con Popeye como su mejor embajador. Científicamente lo más importante es que "la forma de hierro de las espinacas no se absorbe bien por el cuerpo humano, es la forma llamada no hemo", apunta Barciela. Otros alimentos como un solomillo o las almejas tienen el hierro en forma hemo y así sí podemos absorberlo.

Hoy no las podemos considerar una buena fuente de hierro y además, al tener mucha fibra y moléculas como el ácido oxálico, su absorción es bastante pobre. Pero la científica nos anima a no dejar aparte las espinacas puesto que son "una fuente genial de vitamina A".

Seguiremos contando con las espinacas, siempre saludables y poco calóricas, pero con los valores nutricionales correctos en la mano, ahora sabemos que debemos buscar nuestro aporte de hierro en alimentos como el hígado, las almejas o las legumbres. Es un mineral esencial para el organismo y su deficiencia puede provocar anemia y fatiga. Facilitaremos su absorción si lo consumimos junto a alimentos ricos en vitamina C. La cocina queda abierta a vuestras ganas de experimentar.

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