Ballenas
Una ballena picuda intenta reanimar a su cría a pocas millas de Santurce, en Vizcaya. El avistamiento de este animal suele ser muy habitual en la costa cantábrica, aunque solo se puede disfrutar entre los meses de julio y octubre.
En la costa vasca resulta ya algo habitual el avistamiento de ballenas. Sin embargo, una de las imágenes de este verano ha conseguido captar un momento único. Una ballena picuda intenta reanimar a su cría a pocas millas de Santurce, en Vizcaya.
El hecho ha llegado hasta la comunidad científica internacional. Varias revistas de otros países han publicado las fotografías del animal, pues nunca antes se había logrado un avistamiento así. La ballena picuda trata de mantener con vida a su cría, aunque ya sabe que está muerta, tal y como comenta Gorka Ocio, responsable de la 'Verballenas.com'.
"Ella no reconoce que la cría se le ha muerto, entonces está continuamente intentando reanimarla, ponerla derecha, la pega con la cabeza y el pico, intentando voltearla", dice.
Los espectadores de este momento mágico quedaron asombrados al ver cómo el animal lucha por la vida de su hija. "¡Ahí está, ahí está!", gritaban algunos.
Gorka Ocio lleva años organizando el avistamiento de la ballenas en la costa vasca. Cuenta que es algo muy complicado a veces debido al temporal. Por eso, "se hacen solo cuatro veces al año". La iniciativa de este experto en cetáceos intenta dar un impulso a la biodiversidad marina que subyace por toda la Cornisa Cantábrica.
"Las ballenas aquí se ven todo el año, pero estamos en el Cantábrico, por eso salimos de julio a octubre", cuenta.
Este hecho irrepetible proclama aún más el éxito del avistamiento de ballenas en las aguas del norte peninsular. En los últimos meses esta forma de ecoturismo ha conseguido unos resultados del 100%.
Además, no solo este tipo de cetáceos pueden observarse en esta zona. También en alta mar se puede disfrutar con el avistamiento de aves marinas y delfines. Los líderes de este proyecto aseguran que es "un subidón de adrenalina" encontrarse junto a uno de los animales más grandes y emblemáticos del planeta "de una forma pacífica y majestuosa".
Pese a que el avistamiento de ballenas suele ser algo más habitual en la costa vasca, también en la Costa Brava pudieron vislumbrarse seis ejemplares de ballena blanca hace apenas unos meses. Entre ellas se encontraba una hembra y su cría, algo insólito cuando esta última no se observaba allí desde 2017.