Leucemia
Leucemia
La terapia genética CAR-T contra la leucemia linfoblástica aguda (LLA) desarrollada por el Hospital Clínic de Barcelona ha obtenido la aprobación de la Agencia Española del Medicamento, convirtiéndose en el primer tratamiento inmunológico de este tipo elaborado íntegramente en Europa autorizado por una agencia reguladora.
Esta terapia consiste en modificar genéticamente los linfocitos 'T', unas células del sistema inmunitario del paciente, para que sean capaces de destruir las células cancerígenas. El estudio ha logrado que el 69% de los participantes que tenían una esperanza de vida de semanas, sigan vivos un año después y que el 47% estén libres de la enfermedad.
"Es un momento relevante para nuestro país, para la investigación y la sanidad pública de nuestro país. Es un momento de tremenda trascendencia", ha enfatizado este miércoles en rueda de prensa el director general del Clínic, Josep M. Campistol, que ha celebrado que la autorización de la terapia permitirá su uso clínico para pacientes mayores de 25, más allá de los ensayos.
Además de ser la primera terapia CAR-T desarrollada completamente en Europa, Campistol también ha puesto de relieve su carácter académico y no comercial, es decir, que ha sido elaborado por centros de investigación públicos y no por compañías privadas, lo que supone que el tratamiento será mucho más asequible para el Sistema Nacional de Salud.
La terapia del Clínic aprobada, denominada CAR-T ARI-0001, se enmarca en el Proyecto ARI, una iniciativa impulsada por Ari Benedé, una chica diagnosticada de leucemia linfoblástica aguda que falleció en 2016 a los 18 años, y su madre, Àngela Jover, para fomentar la investigación de ese tipo de tratamientos y que recaudó cerca de 1,8 millones de euros para llevar a cabo los estudios.
La leucemia linfoblástica aguda es uno de los cuatro tipos principales de leucemia y se caracteriza por una producción excesiva de linfocitos, o glóbulos blancos, inmaduros que se multiplican de forma rápida y desplazan a las células normales de la médula ósea.
Aunque en la mayoría de los casos se consigue una remisión completa con quimioterapia o con el trasplante de médula ósea, entre un 10 % y un 15 % de los pacientes fallecen por resistencia al tratamiento, por su toxicidad o por una recaída.