Andalucía
Varios ejemplares han aparecido tras años de ausencia en charcas de Guadalcázar, paraíso de biodiversidad para estas colonias.
El 'triops cancriformis mauritanicus' es la especie animal más antigua. Lleva desde hace unos 220 millones de años, desde el Jurásico, sin sufrir apenas variaciones. Ver un ejemplar es muy complicado pero ha sido hallado en algunas charcas de la localidad de Guadalcázar, en Córdoba.
La Sociedad Cordobesa de Historia Natural lo ha identificado por sus peculiares características. Los triops tienen tres ojos y un caparazón aplanado que le cubre la cabeza.
Estos ejemplares sobreviven en el fondo de los charcos y lagunas, de ahí que las charcas de Guadalcázar sean un enclave perfecto para encontrarlos. Es muy difícil dar con ellos ya que son omnívoros y para alimentarse remueven el barro en busca de comida.
Estas colonias tienen un ciclo vital muy rápido y se adaptan a la sequía. Sus huevos enterrados en el lodo pueden resistir fuertes heladas durante el invierno y eclosionar en dos o tres días con la humedad de las primeras lluvias, aunque se necesita una temperatura mínima de 23 grados centígrados para hacerlo. Lo más curioso es que pueden permanecer más de diez años hasta eclosionar.
Los jóvenes triops alcanzan una talla de 10 centímetros y antes de envejecer y morir al mes y medio de vida dejan toda la descendencia que pueden. Si los machos escasean, lo que es habitual, las hembras pueden reproducirse por partenogénesis sin la colaboración de éstos. Los huevos pueden viajar en el barro que queda pegado a las patas de las aves que visitan sus charcas y de esta forma pueden extenderse por toda su área de distribución.
Aparte del triops, este ejemplar del Jurásico, Guadalcázar se ha convertido en todo un paraíso de biodiversidad para otras especies. De hecho se han publicado muchas reseñas sobre sus valores ambientales idóneos para encontrar desde crustáceos acuáticos que se forman en sus charcas temporales hasta las especies silvestres de plantas con interés culinario.