Universo
Los púlsares son los restos de una estrella muerta que explotaron en una supernova.
Científicos del Sistema Estereoscópico de Alta Energía en Namibia (H.E.S.S) descubren los rayos gamma de mayor energía jamás emitidos por un púlsar (un trozo de una estrella muerta con un alto campo magnético), capaces de alcanzar los 20 teraelectronvoltios de fotones: unas diez mil millones de veces la energía de la luz visible.
"Estas estrellas muertas están compuestas casi en su totalidad por neutrones y son increíblemente densas: una cucharadita de su material tiene una masa de más de cinco mil millones de toneladas, es decir, unas 900 veces la masa de la Gran Pirámide de Giza", explica la científica del H.E.S.S. Emma de Oña Wilhelmi, coautora de la publicación que trabaja en el Sincrotrón Alemán de Electrones (DESY), según recoge 'Europa Press'.
Este hallazgo es difícil de conciliar con la teoría de la producción de los rayos gamma pulsantes, según informa la revista 'Nature Astronomy'. El hallazgo de esta energía extraordinaria se ha detectado en el púlsar Vela, en la constelación también denominada Vela.
El resultado de la investigación "desafía nuestro conocimiento previo de los púlsares" a la vez que requiere "un replanteamiento de cómo funcionan estos aceleradores naturales", explica la directora de la investigación Arache Djannati-Atai, del laboratorio Astroparticle & Cosmology (APC), en Francia."El esquema tradicional según el cual las partículas se aceleran a lo largo de líneas de campo magnético dentro o ligeramente fuera de la magnetosfera no puede explicar suficientemente nuestras observaciones", añade.
Para empezar, ¿qué son los púlsar? Son restos de una estrella que explota de forma espectacular con una supernova, dejando restos diminutos de la estrella muerta, de unos 20 kilómetros de diámetro, que giran a gran velocidad y cuentan con un enorme campo magnético.
El púlsar Vela, que se llama así porque se asemeja a la vela de un barco, es el púlsar más brillante en la banda de radio del espectro electromagnético y la fuente persistente más brillante de rayos gamma cósmicos en el rango de los gigaelectronvoltios (GeV). Es capaz de girar unas once veces por segundo. "Sin embargo, por encima de unos pocos GeV, su radiación termina abruptamente, presumiblemente porque los electrones alcanzan el final de la magnetosfera del púlsar y escapan de ella", recoge la agencia de noticias citada.
Los científicos han descubierto un nuevo componente de radiación a energías aún mayores, de hasta decenas de teraelectronvoltios (TeV). Así lo revela Christo Venter, coautor del estudio y profesor de la Universidad del Noroeste de Sudáfrica.