ASTRONOMÍA I DESCUBRIMIENTO DE LA SONDA GALILEO
Un nuevo análisis de los datos de la sonda espacial Galileo de la NASA refuerza la teoría de que la luna de Júpiter Io, el cuerpo más activo volcánicamente del Sistema Solar, tiene un océano de magma alrededor de su interior.
La extensión de lo derretido en el interior de la luna ha sido objeto de debate desde hace largo tiempo y los investigadores, dirigidos por Krishan Khurana, han examinado más detalladamente los datos del magnetómetro recogidos por la sonda Galileo y señalan que sus lecturas proporcionan evidencias de la presencia de una extenso fluido fundido.
Los investigadores explotaron el campo magnético en rotación de Júpiter como una señal de sonido y descubrieron que la respuesta inductiva de Io ante él sugiere una amplia reserva de magma conductivo eléctricamente bajo la corteza de la luna. Esta capa de magma subterráneo global debe de tener un grosor de más de 50 kilómetros y tener una fracción de fundido de al menos un 20 por ciento.
En ausencia de los seismómetros y otros dispositivos de detección, estudios electromagnéticos como estos parecen proporcionar la mejor opción a los estados térmicos y de composición del interior de los cuerpos planetarios.