A PARTIR DE LOS 40 O 50 AÑOS
Un equipo liderado por científicos del departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y del Instituto de Biología Evolutiva (IBE) ha demostrado cuáles son las causas genéticas últimas del envejecimiento humano.
El estudio, publicado en la revista 'Nature Ecology & Evolution', ha analizado los resultados de unos 3.000 trabajos con más de 2.500 marcadores sobre un total de 120 enfermedades, ha informado la UPF en un comunicado. El trabajo aprovecha todos los datos acumulados durante una década de investigación sobre las bases genéticas de las enfermedades complejas --Párkinson, cáncer y diabetes, por ejemplo-- para poner a prueba las diferentes teorías evolutivas de la senescencia.
El colíder del estudio y el actual secretario de Universidades e Investigación, Arcadi Navarro, ha sostenido que "el poder para determinar si un individuo es sano o si desarrollará alguna enfermedad a lo largo de la vida ha aumentado mucho a medida que se han ido recogiendo más y más datos". Los científicos han considerado si los marcadores para cada enfermedad tienen un efecto en la juventud o en la vejez, lo que determina que si una mutación tiene efectos durante la vejez los genes ya se habrán traspasado a la descendencia y la selección natural no puede actuar.
Los resultados muestran que la frecuencia y el efecto de las mutaciones que causan enfermedades en la vejez son más grandes que las que causan enfermedad en edad temprana: "Hemos controlado umbral evolutivo a los 40-50 años, una edad biológicamente significativa porque limita el periodo reproductivo". Además, han demostrado que hay mutaciones que son beneficiosas en la juventud pero se tornan perjudiciales en la vejez: "Al ser positivas durante el periodo reproductivo serán favorecidas por la selección natural y traspasadas durante la descendencia", por lo que difícilmente se podrán suprimir, ha explicado el primer autor del trabajo, Juan Antonio Rodríguez.
"La decadencia física durante la vejez podría ser el precio evolutivo que tenemos que pagar para llegar sanos a la edad de tener hijos", ha explicado la colíder del estudio Elena Bosch y jefe del grupo del IBE. Según los investigadores, conocer los genes y las mutaciones implicadas en el envejecimiento puede contribuir a desarrollar nuevas estrategias para el tratamiento de enfermedades relacionadas con la edad.