Neptuno
Durante el mes de septiembre se producen cambios astronómicos que además de traer una nueva estación, con la inminente llegada del otoño, también dan la posibilidad de apreciar al planeta Neptuno.
Este planeta, un gigante de hielo, destaca por ser uno de los primeros en ser descubierto gracias a predicciones matemáticas, y por ser tan discreto que es muy difícil de ver . Pero, el 11 de septiembre de 2020, el octavo planeta en distancia desde el Sol y, a la vez el más lejano del sistema solar, brillará con ‘todo su esplendor’.
Poder ver a Neptuno tan ‘fácilmente’ será posible debido a que estará en oposición, un evento anual en donde la Tierra pasa directamente entre Neptuno y el Sol, por lo que Neptuno está más cerca de nuestro planeta.
Aun así, hay que matizar que por muy cerca que esté Neptuno, realmente se encuentra a las afueras del Sistema Solar a una distancia de unos 4.300 millones de kilómetros.
Cómo divisar Neptuno
El que cualquier planeta del Sistema Solar más allá de la órbita de la Tierra esté en oposición, o cerca, es un evento especial ya que significa que es el momento del año en el que la Tierra se acerca más a ese planeta , y este, a su vez, brilla más intensamente en nuestro cielo; pero en el caso de Neptuno, aun así será difícil de localizar a simple vista.
Por eso, este 11 de septiembre toca aprovechar esta oportuna posición para apreciar a Neptuno, un planeta cuya masa es diecisiete veces la de la Tierra, y que en promedio orbita el Sol a una distancia de 30,1 ua (unidades astronómicas).
Para poder ver a Neptuno, incluso estando en oposición, se requiere de algo de paciencia y echar mano de algún instrumento astronómico , ya que el planeta de hielo es el único gran planeta del Sistema Solar, que no es visible a simple vista.
Y es que, para poder hacerse una idea de lo poco visible que es este mundo, basta decir que su brillo es aproximadamente cinco veces más débil que la estrella más tenue que se podría divisar en una noche muy oscura.
La recompensa
Los que se aventuren a ver este fenómeno, como mínimo necesitarán unos binoculares, de alta potencia, o telescopio. De igual forma será fundamental contar con una carta celeste o un software de observación del cielo, para divisar a Neptuno frente a la constelación de Acuario.
Si después de contar con el tiempo suficiente y el equipo necesario, se alcanza a ver Neptuno, se podrá apreciar un planeta que tiene una gruesa atmósfera formada por grandes cantidades de hidrógeno y helio, además de restos de otros gases. El interior lo compone un sólido centro de roca y un manto de líquido denso y cálido, en lo más profundo.
El fin del verano aún traerá otros fenómenos astronómicos que sucederán después del 11 de septiembre y que recoge la agenda astronómica del Instituto Geográfico Nacional.
Así, a lo largo de todo el mes de septiembre, aún será posible ver la Vía Láctea en el cielo, tanto desde el hemisferio norte como desde el hemisferio sur, aunque poco a poco irá desapareciendo hasta dejar de verse en noviembre.
La semana del 17 de septiembre, cuando se da la luna Nueva, se podrá aprovechar para ver el centro galáctico de la Vía Láctea; y un poco más tarde, el 22 de septiembre, se producirá el equinoccio de otoño, en el hemisferio norte, y el de primavera, en el hemisferio sur.