ACABÓ HECHO UNA BOLA DE FUEGO
El cohete Falcon 9, lanzado sin problemas por la Dragon rumbo a la Estación Espacial Internacional, acabó en llamas tras explotar después de que no fuera capaz de aterrizar en una plataforma sobre el mar. El cohete no alcanzó el ángulo previsto en su aterrizaje y acabó convertido en una bola de fuego.
Todo fue por culpa de unas aletas de rejilla que la Falcon 9 tiene en su parte superior y que se usan para el guiado del cohete. Estas se quedaron sin fluido hidraúlico antes de aterrizar y por más que el sistema de control de vuelo intentó compensar esta pérdida no fue suficiente.