Investigación
Un estudio de la Universidad de Harvard ha desmentido que la fertilidad esté relacionada con el número de espermatozoides.
La cantidad de espermatozoides está en declive en todo el mundo y especialmente en los países occidentales. Sin embargo, esto no tiene por qué ser una mala noticia. Así lo ha anunciado un estudio realizado por el centro GenderSci Lab de la Universidad de Harvard (Estados Unidos). Ante los datos la de baja producción se había creado cierta alarma y preocupación, pero la nueva investigación explica que no hay una relación directa entre la cantidad de espermatozoides, el estado de salud de los individuos y la fertilidad masculina.
Las encargadas de esta investigación, Sarah S. Richardson y Marion Boulicault (entre otros miembros del equipo), han puesto en duda las afirmaciones de una publicación de 2017 en la que sí se sugerían determinadas vinculaciones entre los parámetros y dicen que algunas de las ideas señaladas son "científica y éticamente problemáticas". Recientemente, otro equipo estadounidense planteó la posibilidad de enviar un arca con espermatozoides a la Luna para proteger a la humanidad ante catástrofes naturales.
Falta de argumentos científicos en las conclusiones extraídas en 2017
La investigación ha revaluado el meta-análisis hecho en 2017 y ha pedido su reconsideración. Este estudio ha sido citado en múltiples ocasiones y, junto a otro, ha llevado a "afirmaciones apocalípticas" y conclusiones dramáticas sobre la disminución de la población.
Richardson y sus compañeros se dieron cuenta de que estudios previos apuntaban a relaciones de causalidad entre el descenso en el recuento de esperma y una disminución en la fertilidad, al igual que con la exposición a determinados químicos ambientales. Ante estas dos reivindicaciones, el equipo liderado por Richardson ha averiguado que no están apoyadas en pruebas científicas o geográficas.
Además, el equipo de The GenderSci Lab ha especificado que en 2017 se siguieron suposiciones racistas y jerarquías coloniales al categorizar como "desarrollado" las cifras de espermatozoides contados en determinados países y "otros" para el recuento del resto. Como consecuencia, la división no permite examinar las diferentes condiciones en las localizaciones rurales y urbanas y no muestra el desequilibro respecto a los datos disponibles para las naciones dentro del grupo denominado "otros".
La propuesta de Richardson y Boulicault
El equipo dirigido por la doctora Richardson propone una perspectiva diferente para examinar el desarrollo en el recuento de los espermatozoides, una hipótesis denominada "biovariabilidad del recuento de espermatozoides". El marco diseñado tiene en cuenta un amplio espectro de localizaciones, condiciones individuales y otras cifras que pueden producir variaciones en el recuento.
Los investigadores han aclarado que una cantidad superior de espermatozoides no necesariamente se traduce en una mejor salud o una probabilidad mayor de fertilidad.
Los posibles efectos del coronavirus en la fertilidad
El coronavirus, sin embargo, puede favorecer a la fragmentación del ADN de los espermatozoides, produciendo un efecto negativo sobre la tasa de nacimiento o la probabilidad de implantación de los embriones. Esta investigación fue publicada recientemente en la revista 'European Medical Journal' por los directores de la clínica MARGen de Granada, Jan Tesarik y Raquel Mendoza Tesarik.