EN PERROS
Para los investigadores siempre ha resultado curioso analizar el contagio de los bostezos. Entre humanos se ha relacionado a la capacidad para sentir empatía por la otra persona aunque muchos científicos han creído que el cerebro usa este mecanismo para refrigerarse cuando se recalienta. Pero, ¿sucede lo mismo en los animales? ¿Por qué?
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Tokio y publicado esta semana en la revista científica online PLOS ONE ha analizado por primera vez en profundidad el fenómeno del bostezo en los perros y su naturaleza social. Para el trabajo, los científicos han utilizado 25 perros de diferentes razas.
Los animales han sido sometidos a varias situaciones. En una de ellas, los perros se habían colocado frente a sus dueños mientras estos, o bien habían bostezado de verdad, o bien solo habían abierto la boca de forma mecánica.
En la otra situación, habían sido investigadores, personas desconocidas para los animales sometidos a la investigación, los que habían repetido la misma operación delante de los canes: bostezar de verdad y abrir la boca de forma mecánica.
En total, los perros habían bostezado 22 veces en los momentos en los que los éstos eran reales y solo 5 cuando los sujetos habían movido la boca. Y lo más interesante, se habían contagiado hasta tres veces más con los bostezos de sus dueños que con los bostezos de un extraño, lo que ha apuntado de nuevo a la capacidad de empatía y a la proximidad emocional de personas familiares.
A pesar del descubrimiento, los científicos no han podido concluir que los mecanismos humanos y animales para bostezar sean los mismos y han apuntado a la necesidad de más estudios. Esta investigación ha sido un primer paso para determinar si sucede lo que en el caso de los humanos y porqué.